Héctor Aguilar Camín y Jorge G. Castañeda plantean en un nuevo libro una agenda de reformas políticas
Luis Prados México / El País
Un país sin Estado y sin mercado, hogar del hombre más rico del mundo y de 52 millones de pobres según las estadísticas oficiales, inmerso desde hace años en una espiral de violencia; una sociedad divorciada de sus élites políticas, harta de corrupción y de impunidad, y al tiempo un país vitalista, emprendedor, trabajador y en pleno trayecto hacia la modernidad. Sobre las sombras y las luces de esta esquizofrenia nacional, Héctor Aguilar Camín y Jorge G. Castañeda han elaborado Una agenda para México 2012, una propuesta para un futuro de esperanza en forma de libro, que fue presentado la noche del jueves en la capital mexicana.
La obra, publicada por Punto de Lectura (Santillana), es una actualización con nuevos capítulos de dos ensayos anteriores firmados por ambos intelectuales, Un futuro para México (2009) y Regreso al futuro (2010). En él, Aguilar Camín, novelista y director de la revista Nexos, y Castañeda, ex ministro de Exteriores con el presidente Vicente Fox (2000-2006), exponen un programa de reformas concretas en pleno año electoral que acaben con el desánimo de los mexicanos, con años de crecimiento económico mediocre y sitúe de una vez a México en el lugar internacional que le corresponde.
"Tenemos un gran país y lo pensamos como un país pequeño, tenemos un país con enormes potencialidades y lo vemos postrado", afirmó Aguilar Camín durante la presentación del libro. Con el espíritu del "optimismo de la voluntad" de Gramsci, el autor de Morir en el Golfo, destacó tres contradicciones de esos dos rostros del presente mexicano: una economía secuestrada por los monopolios públicos y privados y al tiempo exportadora y competitiva; un Estado azotado por la violencia pero que no sufre una crisis de gobernabilidad; una sociedad extremadamente desigual pero con una ética y una épica del trabajo y del ahorro.
Castañeda, por su parte, señaló cuatro progresos operados en la sociedad mexicana en los últimos 20 años que están en la raíz de ese optimismo. "Primero, la democracia. La inmensa mayoría de los mexicanos saben que solo se llega al poder y solo se sale de él por las urnas, están a favor de una economía de mercado que funcione, son conscientes de la inserción de su país en un mundo globalizado y no están dispuestos a abdicar de sus derechos y libertades incluso si ello sirviera para ganar la guerra contra el narco".
Una agenda para México 2012, que ve la luz cuando está a punto de comenzar de forma oficial la campaña electoral para elegir a un nuevo presidente de México el próximo 1 de julio, propone, entre otras medidas, el combate a los monopolios, una reforma educativa y fiscal, la formación de un Gobierno con mayoría absoluta en el Congreso de forma que pueda ponerlas en marcha, la necesidad de un mando civil para las fuerzas armadas y un replanteamiento de la estrategia contra el crimen organizado que contemple la despenalización de las drogas.
Como dicen sus autores, tras la discordia por los resultados de las elecciones de 2006, los comicios de 2012 son cruciales para la credibilidad y la legitimidad de la democracia mexicana y deben ser también una oportunidad para el cambio, para hacer de México un país próspero y equitativo pese a la esquizofrenia nacional. Al fin y al cabo como dijo Aguilar Camín citando a Scott Fitzgerald, "la prueba verdadera de una inteligencia superior es poder mantener dos ideas contradictorias en la cabeza y seguir funcionando"
Luis Prados México / El País
Un país sin Estado y sin mercado, hogar del hombre más rico del mundo y de 52 millones de pobres según las estadísticas oficiales, inmerso desde hace años en una espiral de violencia; una sociedad divorciada de sus élites políticas, harta de corrupción y de impunidad, y al tiempo un país vitalista, emprendedor, trabajador y en pleno trayecto hacia la modernidad. Sobre las sombras y las luces de esta esquizofrenia nacional, Héctor Aguilar Camín y Jorge G. Castañeda han elaborado Una agenda para México 2012, una propuesta para un futuro de esperanza en forma de libro, que fue presentado la noche del jueves en la capital mexicana.
La obra, publicada por Punto de Lectura (Santillana), es una actualización con nuevos capítulos de dos ensayos anteriores firmados por ambos intelectuales, Un futuro para México (2009) y Regreso al futuro (2010). En él, Aguilar Camín, novelista y director de la revista Nexos, y Castañeda, ex ministro de Exteriores con el presidente Vicente Fox (2000-2006), exponen un programa de reformas concretas en pleno año electoral que acaben con el desánimo de los mexicanos, con años de crecimiento económico mediocre y sitúe de una vez a México en el lugar internacional que le corresponde.
"Tenemos un gran país y lo pensamos como un país pequeño, tenemos un país con enormes potencialidades y lo vemos postrado", afirmó Aguilar Camín durante la presentación del libro. Con el espíritu del "optimismo de la voluntad" de Gramsci, el autor de Morir en el Golfo, destacó tres contradicciones de esos dos rostros del presente mexicano: una economía secuestrada por los monopolios públicos y privados y al tiempo exportadora y competitiva; un Estado azotado por la violencia pero que no sufre una crisis de gobernabilidad; una sociedad extremadamente desigual pero con una ética y una épica del trabajo y del ahorro.
Castañeda, por su parte, señaló cuatro progresos operados en la sociedad mexicana en los últimos 20 años que están en la raíz de ese optimismo. "Primero, la democracia. La inmensa mayoría de los mexicanos saben que solo se llega al poder y solo se sale de él por las urnas, están a favor de una economía de mercado que funcione, son conscientes de la inserción de su país en un mundo globalizado y no están dispuestos a abdicar de sus derechos y libertades incluso si ello sirviera para ganar la guerra contra el narco".
Una agenda para México 2012, que ve la luz cuando está a punto de comenzar de forma oficial la campaña electoral para elegir a un nuevo presidente de México el próximo 1 de julio, propone, entre otras medidas, el combate a los monopolios, una reforma educativa y fiscal, la formación de un Gobierno con mayoría absoluta en el Congreso de forma que pueda ponerlas en marcha, la necesidad de un mando civil para las fuerzas armadas y un replanteamiento de la estrategia contra el crimen organizado que contemple la despenalización de las drogas.
Como dicen sus autores, tras la discordia por los resultados de las elecciones de 2006, los comicios de 2012 son cruciales para la credibilidad y la legitimidad de la democracia mexicana y deben ser también una oportunidad para el cambio, para hacer de México un país próspero y equitativo pese a la esquizofrenia nacional. Al fin y al cabo como dijo Aguilar Camín citando a Scott Fitzgerald, "la prueba verdadera de una inteligencia superior es poder mantener dos ideas contradictorias en la cabeza y seguir funcionando"
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