jueves, 23 de febrero de 2012

BRUSELAS SERÁ LIGERAMENTE FLEXIBLE CON LOS OBJETIVOS DE DÉFICIT DE ESPAÑA DE 2012

Fuentes comunitarias admiten que dejarán algo más de margen si varios países lo solicitan
El Gobierno español propondrá que la nueva meta sea unas décimas superior al 5%
La Comisión Europea presentará mañana sus previsiones económicas revisadas
Claudi Pérez Bruselas / El País
Los recortes siguen siendo la prioridad, pero Bruselas asume que hay que reducir la dosis: el resultado de las sucesivas oleadas de ajustes para taponar la sangría de la crisis fiscal es la recesión que se avecina en más de media Europa. El viento ha cambiado en el continente. El sombrío horizonte económico en un 2012 amenazador ha acabado por persuadir a la UE de que hay que dar algo más de margen a los países para poner las finanzas públicas en orden. Fuentes comunitarias admitieron a EL PAÍS que Bruselas “flexibilizará ligeramente” los objetivos de recorte de déficit si varios países lo necesitan. España es uno de ellos. Y las próximas previsiones, que se conocerán este jueves, auguran un desplome mayor de lo esperado: más recesión (o menos crecimiento) implica más destrucción de empleo, más cierres de empresas, menos ingresos públicos, más gastos en el seguro de desempleo y en muchos otros capítulos. Ese es el círculo vicioso que hay que romper.
Más recesión (o menos crecimiento) implica más destrucción de empleo, más cierres de empresas, menos ingresos públicos, más gastos en el seguro de desempleo y en muchos otros capítulos
España ya avanzó el pasado martes que el paro desbocado y la severa recaída en la recesión obligarán al Gobierno a pedir un objetivo de déficit menos exigente en un plazo máximo de 10 días para no tener que salir con unos presupuestos extremadamente austeros, que supongan un segundo ajuste aún más drástico que el ya aprobado por el Gobierno de Rajoy. España aplicará un tijeretazo formidable: con las cifras actuales, tendría que dejar el déficit del 8% en 2012 en el 4,4%, lo que supone unos 40.000 millones. El Gobierno de Mariano Rajoy pretende abrir una negociación para situar el objetivo de déficit algunas décimas por encima del 5%. No va a ser fácil: fuentes comunitarias limitaban el alcance de esa flexibilización a “unas décimas” sin precisar, y siempre en el caso de que varios países más lo necesiten: no puede haber trato de favor para ningún país, más aun cuando el Ejecutivo belga, por ejemplo, se vio obligado a presentar un plan de recortes in extremis a final de año ante la amenaza de sanción por parte de Bruselas.
Pero España no está sola. Una docena de Gobiernos europeos —algunos de corte abiertamente liberal: Reino Unido, Holanda, Italia y la propia España— han publicado esta semana una carta en la que reclaman un plan de crecimiento, que parece una suerte de desafío al dogma de la austeridad por encima de todo implantado por Alemania. Varios países (y no solo España: Francia es uno de ellos) tienen francamente difícil cumplir con las metas de déficit. “La Comisión no quiere tener que sentirse ridícula insistiendo en objetivos irreales, por lo que va a haber que hacer ajustes”, aseguró a Reuters una fuente oficial.
Austeridad sí, pero sin sobredosis que guillotinen el crecimiento: así se resume el nuevo mantra. El de 2012 va a ser pésimo: el año de recaída para todo el sur de Europa y del estancamiento, o un débil crecimiento en el mejor de los casos, para todos los demás.
La Comisión presentará este jueves los datos que certifican que la sobredosis de recortes en toda Europa empieza a dejar jirones en la economía real, pese a que el pronóstico de Bruselas no es tan malo como los analistas aventuran: un primer semestre malo, y una segunda mitad de año algo mejor. El último trimestre del año pasado aventuró por dónde van los tiros: la economía de los Veintisiete cayó el 0,3%.
Con el último plan de rescate a Grecia aún caliente y con Portugal en el disparadero, la prioridad es todavía la crisis fiscal, pero la flexibilización de los objetivos de déficit podría llegar muy pronto: tan pronto como en la próxima cumbre de jefes de Estado, a primeros de marzo, a través de una propuesta para el próximo Ecofin (la reunión de ministros de Finanzas, a mediados de ese mes). Para ello, la Comisión quiere ver negro sobre blanco los planes de recortes en todos los países y las cifras definitivas al cierre de 2011, que se conocerán el 23 de abril. Las nuevas perspectivas de déficit se conocerían así a finales de mayo, o en junio.
Demasiado tarde para el Gobierno español, que debe presentar el techo de gasto en apenas unos días y debe enviar al Parlamento el proyecto de Presupuestos a finales de marzo. Pero mejor tarde que nunca.

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