John Perkins. 2005.
Editorial Urano Colección Tendencias. Barcelona España, 118 pags.
• Divido en 4 partes que abarcan los años de 1963 a 2004, describe el nacimiento de la figura del gángster económico (sicario económico) como un profesional generosamente pagado que estafan billones de dólares a países de todo el mundo.
• Estos gángster´s canalizan el dinero del Banco Mundial, de la Agencia Internacional para el Desarrollo (USAID) y de otras organizaciones internacionales de “ayuda” (FMI, BID, etc) hacia las arcas de las grandes corporaciones y los bolsillos del puñado de familias ricas que controla los recursos naturales del planeta.
• Entre sus instrumentos figuran los dictámenes financieros fraudulentos, las elecciones amañadas, los sobornos, las extorsiones, las trampas sexuales y el asesinato. Este juego, dice el autor, es tan antiguo como los imperios, pero adquiere nuevas y terroríficas dimensiones en nuestra era de la globalización, circunstancias que se narran en primera persona, dado que el autor reconoce haber sido un gángster económico.
• Y ya sea que se asuma como una especie de redención ante sus acciones, lo cierto es que alo largo de sus páginas el autor narra las circunstancias que rodearon su vida y como se incorporó al gremio de los gangster´s económicos para producir estudios que anticipasen (prospectiva) el ritmo del desarrollo económico a 20 o 25 años y el impacto de una serie de proyectos aparentemente en beneficio del desarrollo de ciertos países y regiones.
• Finalmente, el autor proporciona una lista de cosas prácticas que hacer: Reducir nuestro consumo de combustible, por ejemplo; Para la próxima vez que experimentemos la tentación de salir de compras, aconseja no hacerlo, en lugar de eso recomienda leer un libro, hacer ejercicio, sentarse a meditar; También indica recortar gastos de vivienda, de vestimenta, de coche, de la oficina, y de casi todos los demás aspectos de la vida; otro exhortó es el de Protestar contra los tratados de “libre” comercio y contra las compañías que explotan a las personas desesperadas en los talleres de la economía informal (subterránea), o que se dedican a saquear el medio ambiente.
• En conclusión, como dice el autor, sólo es cuestión de elegir las que nos parezcan más estimulantes, y darnos cuenta de que todo esto forma parte de un compromiso mucho más grande que se nos exige a todos. Por tanto es preciso que nos comprometamos de manera inequívoca, y darnos una sacudida que nos despierte a todos.
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• Estos gángster´s canalizan el dinero del Banco Mundial, de la Agencia Internacional para el Desarrollo (USAID) y de otras organizaciones internacionales de “ayuda” (FMI, BID, etc) hacia las arcas de las grandes corporaciones y los bolsillos del puñado de familias ricas que controla los recursos naturales del planeta.
• Entre sus instrumentos figuran los dictámenes financieros fraudulentos, las elecciones amañadas, los sobornos, las extorsiones, las trampas sexuales y el asesinato. Este juego, dice el autor, es tan antiguo como los imperios, pero adquiere nuevas y terroríficas dimensiones en nuestra era de la globalización, circunstancias que se narran en primera persona, dado que el autor reconoce haber sido un gángster económico.
• Y ya sea que se asuma como una especie de redención ante sus acciones, lo cierto es que alo largo de sus páginas el autor narra las circunstancias que rodearon su vida y como se incorporó al gremio de los gangster´s económicos para producir estudios que anticipasen (prospectiva) el ritmo del desarrollo económico a 20 o 25 años y el impacto de una serie de proyectos aparentemente en beneficio del desarrollo de ciertos países y regiones.
• Finalmente, el autor proporciona una lista de cosas prácticas que hacer: Reducir nuestro consumo de combustible, por ejemplo; Para la próxima vez que experimentemos la tentación de salir de compras, aconseja no hacerlo, en lugar de eso recomienda leer un libro, hacer ejercicio, sentarse a meditar; También indica recortar gastos de vivienda, de vestimenta, de coche, de la oficina, y de casi todos los demás aspectos de la vida; otro exhortó es el de Protestar contra los tratados de “libre” comercio y contra las compañías que explotan a las personas desesperadas en los talleres de la economía informal (subterránea), o que se dedican a saquear el medio ambiente.
• En conclusión, como dice el autor, sólo es cuestión de elegir las que nos parezcan más estimulantes, y darnos cuenta de que todo esto forma parte de un compromiso mucho más grande que se nos exige a todos. Por tanto es preciso que nos comprometamos de manera inequívoca, y darnos una sacudida que nos despierte a todos.
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