FRANCISCO ANTONIO SERRANO */ DIARIO DE COAHUILA
El mercado de la informalidad en México se ha convertido en un mecanismo para dar salida a los buscadores de empleo que dentro del sistema formal no han podido encontrar trabajo. Lo importante del hecho es que hasta en este sector empieza a haber muestras de una economía en declive, ya que los despidos se están volviendo un factor común.
El mercado informal se caracteriza principalmente por su falta de aportación impositiva a las arcas gubernamentales de cualquier nivel, su bajo nivel de organización y la carencia de garantías contractuales que den "seguridad" a los trabajadores, proveedores y al mismo empresario.
La precariedad de estas organizaciones ocasiona que los empleados estén en una condición que no les permite obtener prestaciones sociales de ningún tipo, sólo obtienen un ingreso para vivir en el presente.
Según los datos del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática, la tasa de ocupación en el sector informal (TOSI) para 2008 fue de 27.44%. Esto quiere decir que casi tres de cada diez mexicanos trabajaron en este sector.
La relevancia de esta cifra radica en que el empleo se está moviendo hacia la informalidad y sería momento de repensar la estrategia empleadora por parte del Gobierno Federal para que en lugar de reforzar el problema del empleo, haga algo por cambiar esta tendencia que a todas luces no beneficia la economía en su conjunto.
A nivel nacional destacan por una TOSI muy alta Tlaxcala, 37.9, Oaxaca 36.15 y Guerrero con 35.03, resultados muy por arriba de la media nacional. Caso contrario, con una TOSI más baja se tiene a Baja California Sur con 15.82, Colima con 17.56 y Baja California con 18.09. A simple vista, los estados con una participación más baja se encuentran en las costas del Pacífico y tienen una participación importante dentro del sector turismo, situación que podría ser una coincidencia.
Si se piensa que la informalidad puede ser un paliativo a los problemas de empleo actual, la respuesta es incorrecta principalmente porque las cifras parecen indicar que hay opciones por "allí". Algunos estados están teniendo resultados muy diferentes positivamente al promedio nacional y ello sugiere que sólo es cuestión de analizar las opciones y los casos para ver cómo resolver esta situación del mercado laboral que a todas luces no es buena para las familias de México.
Para poder resolver este problema el Gobierno Federal debe seguir trabajando en la reforma laboral y destrabar los mecanismos que inhiben el empleo formal, como lo caro de los despidos y los problemas que éstos generan a los patrones, la carencia de una ley del trabajo equitativa para el trabajador y el empleador y hasta los impuestos sobre nómina muy pesados que establecen los estados.
Poniendo impuestos al trabajo se castiga la generación del mismo. Si algo es necesario es liberar a las empresas de la excesiva tramitología y carga fiscal para que el insumo más importante de una economía, el trabajo, vuelva a ser lo que era antes, el centro de todas las actividades de la sociedad.
El mercado de la informalidad en México se ha convertido en un mecanismo para dar salida a los buscadores de empleo que dentro del sistema formal no han podido encontrar trabajo. Lo importante del hecho es que hasta en este sector empieza a haber muestras de una economía en declive, ya que los despidos se están volviendo un factor común.
El mercado informal se caracteriza principalmente por su falta de aportación impositiva a las arcas gubernamentales de cualquier nivel, su bajo nivel de organización y la carencia de garantías contractuales que den "seguridad" a los trabajadores, proveedores y al mismo empresario.
La precariedad de estas organizaciones ocasiona que los empleados estén en una condición que no les permite obtener prestaciones sociales de ningún tipo, sólo obtienen un ingreso para vivir en el presente.
Según los datos del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática, la tasa de ocupación en el sector informal (TOSI) para 2008 fue de 27.44%. Esto quiere decir que casi tres de cada diez mexicanos trabajaron en este sector.
La relevancia de esta cifra radica en que el empleo se está moviendo hacia la informalidad y sería momento de repensar la estrategia empleadora por parte del Gobierno Federal para que en lugar de reforzar el problema del empleo, haga algo por cambiar esta tendencia que a todas luces no beneficia la economía en su conjunto.
A nivel nacional destacan por una TOSI muy alta Tlaxcala, 37.9, Oaxaca 36.15 y Guerrero con 35.03, resultados muy por arriba de la media nacional. Caso contrario, con una TOSI más baja se tiene a Baja California Sur con 15.82, Colima con 17.56 y Baja California con 18.09. A simple vista, los estados con una participación más baja se encuentran en las costas del Pacífico y tienen una participación importante dentro del sector turismo, situación que podría ser una coincidencia.
Si se piensa que la informalidad puede ser un paliativo a los problemas de empleo actual, la respuesta es incorrecta principalmente porque las cifras parecen indicar que hay opciones por "allí". Algunos estados están teniendo resultados muy diferentes positivamente al promedio nacional y ello sugiere que sólo es cuestión de analizar las opciones y los casos para ver cómo resolver esta situación del mercado laboral que a todas luces no es buena para las familias de México.
Para poder resolver este problema el Gobierno Federal debe seguir trabajando en la reforma laboral y destrabar los mecanismos que inhiben el empleo formal, como lo caro de los despidos y los problemas que éstos generan a los patrones, la carencia de una ley del trabajo equitativa para el trabajador y el empleador y hasta los impuestos sobre nómina muy pesados que establecen los estados.
Poniendo impuestos al trabajo se castiga la generación del mismo. Si algo es necesario es liberar a las empresas de la excesiva tramitología y carga fiscal para que el insumo más importante de una economía, el trabajo, vuelva a ser lo que era antes, el centro de todas las actividades de la sociedad.
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