Enriqueta Cabrera / El Universal
No parece haber sido una buena idea de Estados Unidos imponer sanciones contra las exportaciones petroleras de Irán para detener su programa nuclear.
Las tensiones aumentan y han pasado de las palabras a las pruebas de misiles para mostrar por parte de Teherán que podría bloquear el Estrecho de Ormuz y a la movilización de dos portaaviones con flotas de apoyo por decisión de Washington. Un choque bélico, una acción militar por cualquiera de los dos países podría llevar a riesgos de imprevisibles consecuencias. En tan tensa situación, otro científico nuclear iraní fue asesinado, Israel y Estados Unidos fueron acusados del homicidio por parte del gobierno de Ahmadineyad. El gobierno de Netanyahu no lo negó, por el contrario, un alto funcionario comenzó a hablar de una guerra encubierta. Se trató del quinto científico de alto nivel asesinado.
Lo último que necesita la economía globalizada, en particular Europa y Asia, es una crisis petrolera con precios del crudo arriba de los 200 dólares el barril. Y eso es lo que podría suceder como resultado de un enfrentamiento bélico en el Estrecho de Ormuz, que Irán ha advertido bloqueará —de continuar las sanciones contra sus exportaciones— y Estados Unidos que no lo permitirá. La realidad es que Irán sí tiene la capacidad militar para bloquear el paso de 15.5 millones de barriles diarios que cruzan el estrecho de Ormuz, salida obligada para los navíos que llevan las exportaciones de crudo provenientes de los países del golfo Pérsico. Y Estados Unidos tiene el poder militar para abrir ese paso estratégico para la exportación petrolera. Un enfrentamiento bélico afectaría el abasto petrolero, precisamente cuando se aproxima la recesión en Europa.
Irán controla el margen oriental del golfo Pérsico, el Estrecho de Ormuz que une el Pérsico con el golfo de Omán y el océano Índico. Ormuz tiene una profundidad media de 80 metros y máxima de 200. Las maniobras navales que pueden desarrollarse en sus aguas son limitadas. Por ahí cruza 33% del petróleo que se mueve por vía marítima en el mundo. Pero sobre todo, es la salida obligada para los mayores productores de petróleo, la región tiene 60% de las reservas probadas en el mundo. Irán controla el margen oriental del golfo Pérsico y el Estrecho de Ormuz.
Para entender la magnitud de la crisis petrolera que podría llegar y el papel de Irán en ella hay que considerar que éste es un país exportador de petróleo que juega entre los primeros en el mundo, por la magnitud de sus reservas, por su capacidad de producción y por el nivel de sus exportaciones. Es el tercer país en el mundo por sus reservas probadas (137 mil millones de barriles); es el cuarto productor mundial y segundo de la OPEP después de Arabia Saudita; es el tercer exportador de crudo en el mundo. China compra 22% de las exportaciones iraníes de crudo; la Unión Europea 18% con el agravante de que los países que más le compran se ubican entre los que tienen mayores problemas económicos: Grecia, España e Italia. El tercer comprador de petróleo iraní es Japón, con 14%, seguido de India y Corea del Sur. Las reservas de gas de Irán sólo son superadas por Rusia. Una crisis petrolera afectaría seriamente a Asia y a Europa. Pero dado lo limitada que es hoy la posibilidad de aumentar la producción de petróleo en el mundo, impactaría el comercio y el abasto mundial.
Bloquear las exportaciones de Irán es un asunto sumamente delicado, un solo dato lo demuestra: en 2010 Teherán obtuvo un beneficio neto de 73 mil millones de dólares por sus exportaciones petroleras, lo que representa la mitad del ingreso del gobierno.
¿Qué es lo que pretende Teherán? Detener las sanciones contra sus exportaciones petroleras mostrando las consecuencias que tendrían. ¿Estaría dispuesto a ir a un choque militar? ¿Lo estaría el gobierno de Obama en medio de la campaña electoral cuando está cerrando dos guerras, podría abrir otra en aras de mostrar que defiende a Israel y de evitar ser acusado de debilidad? Ambos países estarían dispuestos, pero intentarían evitarlo. Posiblemente reabriendo el diálogo. Otra complicación: Israel podría preparar un bombardeo a las instalaciones nucleares de Irán, como lo hizo con las de Irak en 1981 o las de Siria en 2007, pero Irán es distinto, habría respuesta.
No parece haber sido una buena idea de Estados Unidos imponer sanciones contra las exportaciones petroleras de Irán para detener su programa nuclear.
Las tensiones aumentan y han pasado de las palabras a las pruebas de misiles para mostrar por parte de Teherán que podría bloquear el Estrecho de Ormuz y a la movilización de dos portaaviones con flotas de apoyo por decisión de Washington. Un choque bélico, una acción militar por cualquiera de los dos países podría llevar a riesgos de imprevisibles consecuencias. En tan tensa situación, otro científico nuclear iraní fue asesinado, Israel y Estados Unidos fueron acusados del homicidio por parte del gobierno de Ahmadineyad. El gobierno de Netanyahu no lo negó, por el contrario, un alto funcionario comenzó a hablar de una guerra encubierta. Se trató del quinto científico de alto nivel asesinado.
Lo último que necesita la economía globalizada, en particular Europa y Asia, es una crisis petrolera con precios del crudo arriba de los 200 dólares el barril. Y eso es lo que podría suceder como resultado de un enfrentamiento bélico en el Estrecho de Ormuz, que Irán ha advertido bloqueará —de continuar las sanciones contra sus exportaciones— y Estados Unidos que no lo permitirá. La realidad es que Irán sí tiene la capacidad militar para bloquear el paso de 15.5 millones de barriles diarios que cruzan el estrecho de Ormuz, salida obligada para los navíos que llevan las exportaciones de crudo provenientes de los países del golfo Pérsico. Y Estados Unidos tiene el poder militar para abrir ese paso estratégico para la exportación petrolera. Un enfrentamiento bélico afectaría el abasto petrolero, precisamente cuando se aproxima la recesión en Europa.
Irán controla el margen oriental del golfo Pérsico, el Estrecho de Ormuz que une el Pérsico con el golfo de Omán y el océano Índico. Ormuz tiene una profundidad media de 80 metros y máxima de 200. Las maniobras navales que pueden desarrollarse en sus aguas son limitadas. Por ahí cruza 33% del petróleo que se mueve por vía marítima en el mundo. Pero sobre todo, es la salida obligada para los mayores productores de petróleo, la región tiene 60% de las reservas probadas en el mundo. Irán controla el margen oriental del golfo Pérsico y el Estrecho de Ormuz.
Para entender la magnitud de la crisis petrolera que podría llegar y el papel de Irán en ella hay que considerar que éste es un país exportador de petróleo que juega entre los primeros en el mundo, por la magnitud de sus reservas, por su capacidad de producción y por el nivel de sus exportaciones. Es el tercer país en el mundo por sus reservas probadas (137 mil millones de barriles); es el cuarto productor mundial y segundo de la OPEP después de Arabia Saudita; es el tercer exportador de crudo en el mundo. China compra 22% de las exportaciones iraníes de crudo; la Unión Europea 18% con el agravante de que los países que más le compran se ubican entre los que tienen mayores problemas económicos: Grecia, España e Italia. El tercer comprador de petróleo iraní es Japón, con 14%, seguido de India y Corea del Sur. Las reservas de gas de Irán sólo son superadas por Rusia. Una crisis petrolera afectaría seriamente a Asia y a Europa. Pero dado lo limitada que es hoy la posibilidad de aumentar la producción de petróleo en el mundo, impactaría el comercio y el abasto mundial.
Bloquear las exportaciones de Irán es un asunto sumamente delicado, un solo dato lo demuestra: en 2010 Teherán obtuvo un beneficio neto de 73 mil millones de dólares por sus exportaciones petroleras, lo que representa la mitad del ingreso del gobierno.
¿Qué es lo que pretende Teherán? Detener las sanciones contra sus exportaciones petroleras mostrando las consecuencias que tendrían. ¿Estaría dispuesto a ir a un choque militar? ¿Lo estaría el gobierno de Obama en medio de la campaña electoral cuando está cerrando dos guerras, podría abrir otra en aras de mostrar que defiende a Israel y de evitar ser acusado de debilidad? Ambos países estarían dispuestos, pero intentarían evitarlo. Posiblemente reabriendo el diálogo. Otra complicación: Israel podría preparar un bombardeo a las instalaciones nucleares de Irán, como lo hizo con las de Irak en 1981 o las de Siria en 2007, pero Irán es distinto, habría respuesta.
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