Sepientes y Escaleras
Salvador García Soto - Expreso
El futuro de la alianza electoral entre Morena y el Partido Verde se ve más que tenso, incierto. Si ya la reforma antinepotismo de la presidenta Sheinbaum y la imposición de los verdes para mandarla a 2030 y no a 2027 como pedía la mandataria, exhibió la fractura y el choque entre el partido gobernante y uno de sus partidos satélite, lo que viene en Cancún y en Quintana Roo para 2027 va a cimbrar el matrimonio político de conveniencia entre los verdes y el oficialismo de la 4T.
Y es que los verdes, de la mano de su líder, Jorge Emilio González y de su subalterna, la gobernadora Mara Lezama, iniciaron una guerra en contra de los morenistas del Grupo Tabasco, cuando detectaron que el regreso de Rafael Marín Mollinedo al gabinete de la doctora Sheinbaum abría la posibilidad de que Morena tuviera un candidato fuerte a la gubernatura, por el conocimiento y la popularidad que ha ido ganando el actual director de la Agencia Nacional de Aduanas, quien tiene más de una década de presencia como empresario y como fundador de Morena en Quintana Roo.
Eso activó a la gobernadora Lezama, candidata original del Verde respaldada por Morena, ante la competencia contra su candidato a la sucesión, su joven exsecretario de Finanzas, Eugenio "Gino" Segura, actual senador por Quintana Roo. Y es que la Gobernadora ya tiene el visto bueno de su jefe político, el "Niño Verde", para impulsar a Gino como su sucesor, en la idea de continuar con el Maximato verde que hoy opera en el estado y el control que ejerce Jorge Emilio sobre todo Cancún y los municipios de la Riviera Maya, donde el líder del partido del Tucán actúa como "dueño y señor".
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