- La única certeza que tiene el sector es que los aranceles sí se aplicarán; no obstante, el impacto de la medida dependerá de la estructura y origen de cada armadora.
Ivet Rodríguez - Expansión
La incertidumbre se convirtió en la única certeza para la industria automotriz en Norteamérica. Los fabricantes de vehículos pasaron de diseñar escenarios ante la amenaza de aranceles impuestos por Estados Unidos a una postura de absoluta cautela. Hoy, la respuesta más común entre los ejecutivos del sector es la misma: “No sabemos qué va a pasar y vamos a esperar a tener las reglas claras”.
En los últimos dos meses, la reacción de la industria ha evolucionado. Inicialmente, los equipos directivos realizaron análisis y evaluaciones de viabilidad ante un posible golpe arancelario, pero la complejidad de los escenarios y la falta de claridad en las medidas los ha llevado a la inacción. “Al principio sí sentimos nerviosismo en el top management. Se hicieron algunos análisis de viabilidad, pero luego nos dimos cuenta de que había tantos supuestos sin certeza que preferimos esperar”, dijo Rubén Hoyo, Gerente Nacional de Planeación de Producto de Kia en México.
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