- El desafío de la revisión o renegociación del T-MEC debe enfocarse en una sola meta: empatar la aduana mexicana con la estadounidense
Carlos Mota - El Herlado de México
Desde hace meses he comentado aquí que la natural evolución del Tratado México Estados Unidos Canadá (T-MEC) debería ser la integración aduanera de los tres países. Superado el escollo de la amenaza constante de los aranceles, el desafío de la revisión o renegociación del Tratado debe enfocarse en una sola meta: empatar la aduana mexicana con la estadounidense. Debemos aspirar a una unión aduanera.
Desde hace algunas semanas esta idea ha empezado a crecer. La revista Americas Quarterly publicó recientemente un artículo de Heidi Jane Smith titulado Trump´s tariffs salvo is already defining USMCA 2.0, en el que coincidentemente se sostiene que en el “escenario más transformativo los tres países podrían establecer un nuevo acuerdo —una unión aduanera—, que iría más allá de las relaciones comerciales tradicionales. Esto integraría políticas migratorias, medioambientales y derechos laborales, propulsando una cooperación más profunda entre múltiples sectores y reforzando la fortaleza colectiva de la región…”
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