Arturo Damm Arnal - La Razón de México
Lo ideal es que las normas jurídicas sean eficaces y justas. Eficaces: que generen en las personas la obligación ética, asumida voluntariamente, de cumplirlas. Justas: que respeten los derechos, que realmente lo sean, de las personas.
Eficaces o ineficaces, justas o injustas, las normas jurídicas brindan seguridad: las personas, conociendo las reglas del juego, saben a qué atenerse. Y siempre es mejor tener esa seguridad, que no tenerla, lo que supondría estar a merced de la voluntad de quienes detentan el poder político, para obligar, prohibir y castigar, que siempre limita el ejercicio de la libertad individual y el uso de la propiedad privada, las dos caras de la misma moneda: la libertad siempre se ejerce sobre algún tipo de propiedad.
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