Aprovecha la crisis para imponer las reformas estructurales en favor de corporaciones
Carstens, impulsor del capital extranjero en la economía mexicana: catedrático
Roberto González Amador / Periódico La Jornada
Un hombre que responde a los intereses del capital financiero. Ese es el perfil de Agustín Carstens Carstens, gobernador del banco central, según describe Arturo Huerta, jefe de la división de estudios de posgrado de la Facultad de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), al referirse a la insistencia del funcionario sobre la apertura de Petróleos Mexicanos al capital privado.
“Si quitamos al Chapo Guzmán, 10 de los 11 hombres más ricos de México que aparecen en Forbes amasaron sus fortunas a partir de hacerse con el control de bienes públicos o de obtener concesiones públicas”, plantea Huerta.
Redondea: detrás de la presión para realizar cambios legales en los mercados laboral, energético o de telecomunicaciones está el interés del capital privado y de sus defensores en el aparato público para aprovechar el contexto de crisis y asegurarse mayor rentabilidad para sus capitales.
"Las políticas de apertura responden a intereses del gran capital", sostiene Huerta en entrevista con La Jornada, a propósito de las recientes declaraciones de Carstens, entre ellas unas de esta semana al Financial Times, en las que el gobernador del Banco de México pugna por sacar adelante lo que en algunos círculos afines al capital privado se ha llamado "las reformas estructurales".
En una entrevista del miércoles pasado con el Financial Times, Carstens planteó que “el próximo presidente de México debe desmontar el monopolio de la energía en el país y dar una sacudida al sector de las telecomunicaciones (dominado por el multimillonario Carlos Slim, apunta el diario) para lograr mayores tasas de crecimiento.
"Es muy importante para los candidatos a la Presidencia y para la siguiente administración comenzar a pensar acerca de las reformas estructurales", declaró Carstens al diario británico. "El reto que enfrenta México es encontrar la forma de traducir un muy adecuado marco macroeconómico en un mayor crecimiento económico", expresó. Según el gobernador del banco central –quien ha insistido en este discurso por varios meses, la anterior el viernes pasado ante el Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas, y en una conferencia de prensa a mediados de este mes– las llamadas "reformas estructurales" harían posible que la economía mexicana creciera a tasas de 5 por ciento anual, más del doble del promedio de la última década, en la que el país ha estado gobernado por el Partido Acción Nacional.
"¿Cómo es posible que el responsable de la política monetaria del país en todo discurso hable de reformas estructurales, orientadas justo a atraer capitales al país?", cuestionó Arturo Huerta. "Esa insistencia no hace más que evidenciar que el objetivo constitucional de asegurar la estabilidad del tipo de cambio y el poder adquisitivo de la moneda, que son los mandatos del banco central, descansa en la entrada de capitales", consideró. "Si se ha reducido la inflación, ha sido a través de abaratar el dólar, vía la entrada de capitales".
Carstens, con su insistencia en una mayor apertura al capital privado, se muestra como "el abanderado de la causa de ampliar la esfera de influencia del capital extranjero en la economía mexicana", dijo Huerta, respecto de la insistencia del gobernador del banco central por impulsar reformas para abrir Pemex al capital privado y reducir los costos laborales de los patrones, dos de las medidas que se plantean en las llamadas "reformas estructurales".
Carstens, impulsor del capital extranjero en la economía mexicana: catedrático
Roberto González Amador / Periódico La Jornada
Un hombre que responde a los intereses del capital financiero. Ese es el perfil de Agustín Carstens Carstens, gobernador del banco central, según describe Arturo Huerta, jefe de la división de estudios de posgrado de la Facultad de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), al referirse a la insistencia del funcionario sobre la apertura de Petróleos Mexicanos al capital privado.
“Si quitamos al Chapo Guzmán, 10 de los 11 hombres más ricos de México que aparecen en Forbes amasaron sus fortunas a partir de hacerse con el control de bienes públicos o de obtener concesiones públicas”, plantea Huerta.
Redondea: detrás de la presión para realizar cambios legales en los mercados laboral, energético o de telecomunicaciones está el interés del capital privado y de sus defensores en el aparato público para aprovechar el contexto de crisis y asegurarse mayor rentabilidad para sus capitales.
"Las políticas de apertura responden a intereses del gran capital", sostiene Huerta en entrevista con La Jornada, a propósito de las recientes declaraciones de Carstens, entre ellas unas de esta semana al Financial Times, en las que el gobernador del Banco de México pugna por sacar adelante lo que en algunos círculos afines al capital privado se ha llamado "las reformas estructurales".
En una entrevista del miércoles pasado con el Financial Times, Carstens planteó que “el próximo presidente de México debe desmontar el monopolio de la energía en el país y dar una sacudida al sector de las telecomunicaciones (dominado por el multimillonario Carlos Slim, apunta el diario) para lograr mayores tasas de crecimiento.
"Es muy importante para los candidatos a la Presidencia y para la siguiente administración comenzar a pensar acerca de las reformas estructurales", declaró Carstens al diario británico. "El reto que enfrenta México es encontrar la forma de traducir un muy adecuado marco macroeconómico en un mayor crecimiento económico", expresó. Según el gobernador del banco central –quien ha insistido en este discurso por varios meses, la anterior el viernes pasado ante el Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas, y en una conferencia de prensa a mediados de este mes– las llamadas "reformas estructurales" harían posible que la economía mexicana creciera a tasas de 5 por ciento anual, más del doble del promedio de la última década, en la que el país ha estado gobernado por el Partido Acción Nacional.
"¿Cómo es posible que el responsable de la política monetaria del país en todo discurso hable de reformas estructurales, orientadas justo a atraer capitales al país?", cuestionó Arturo Huerta. "Esa insistencia no hace más que evidenciar que el objetivo constitucional de asegurar la estabilidad del tipo de cambio y el poder adquisitivo de la moneda, que son los mandatos del banco central, descansa en la entrada de capitales", consideró. "Si se ha reducido la inflación, ha sido a través de abaratar el dólar, vía la entrada de capitales".
Carstens, con su insistencia en una mayor apertura al capital privado, se muestra como "el abanderado de la causa de ampliar la esfera de influencia del capital extranjero en la economía mexicana", dijo Huerta, respecto de la insistencia del gobernador del banco central por impulsar reformas para abrir Pemex al capital privado y reducir los costos laborales de los patrones, dos de las medidas que se plantean en las llamadas "reformas estructurales".
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