Alejandro Ramos Esquivel / El Financiero
Además de ser reconocido por propios y extraños como una persona de "mecha corta", el presidente Felipe Calderón también es un hombre de obsesiones, al menos en la fase final de su mandato.
Dos de estas obsesiones están claramente identificadas, tanto por los dichos como por los hechos del actual ocupante de Los Pinos, y están referidas a la ciudadana francesa Florence Cassez y al candidato del PRI a la Presidencia de la República, Enrique Peña Nieto.
En relación con Cassez, Calderón convirtió el asunto en un conflicto internacional al confrontar al presidente francés Nicolas Sarkozy, quien le solicitó personalmente que la sentenciada por secuestro cumpliera su condena de 60 años en su país de origen.
Calderón, no sin alguna razón, se negó a dicha petición, pero también convirtió el asunto en un tema personal al presionar públicamente a la Suprema Corte de Justicia para que no le otorgara un amparo y un acta de libertad a Cassez.
El problema es que el juicio contra la ciudadana francesa, según estableció el ministro Arturo Zaldívar, estuvo viciado de origen y se violaron los derechos consulares de Cassez, por lo que sí procede el amparo solicitado por sus defensores y su eventual libertad.
Finalmente otros tres ministros estuvieron de acuerdo en las violaciones al procedimiento, pero uno estuvo totalmente en contra, por lo que no se logró la mayoría requerida y por tanto el caso se trasladó a la magistrada Olga Sánchez Cordero, quien dictaminará en el tiempo que ella juzgue conveniente.
Pero de fondo en este conflicto está el montaje ordenado por el actual secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, quien operó para que la captura de Cassez y sus presuntos cómplices fuese presentada "en vivo" para la televisión.
Ahí no sólo se alteró el marco de la captura, se distorsionó la percepción de las víctimas y se forzaron declaraciones de los inculpados, sino que también se pasó por encima de los derechos de los presuntos secuestradores, particularmente de Florence Cassez.
El proyecto que finalmente no prosperó del ministro Zaldívar no establecía si Cassez es culpable o no, sino únicamente conforme a elementos jurídicos, concluyó que sí hubo violación a sus derechos y, por tanto, se tendría que reponer el juicio en su contra.
Sin respaldar explícitamente la propuesta de Zaldívar, el presidente de la Suprema Corte de Justicia, Juan Silva Meza, pronunció un discurso frente a Calderón en el que exigió respeto a la división de poderes, a no pretender ejercer presiones políticas en la aplicación de la ley y a respetar plenamente a la Constitución y a las instituciones.
Calderón ya no respondió a estos señalamientos, pero nadie duda de que mantendrá su posición de respaldo a García Luna y de condena total a Florence Cassez.
Los Pinos toma el control de la campaña de Vázquez Mota
A efecto de dar un impulso a la candidata del PAN, Josefina Vázquez Mota, y buscar que derrote en las urnas a su contrincante priista Enrique Peña Nieto, el presidente Calderón también ha tomado en la práctica el control de la campaña electoral de la aspirante del albiazul.
Esto ha terminado por fracturar al PAN, sobre todo porque Calderón ordenó al dirigente formal del albiazul, Gustavo Madero, que nombrara nuevos voceros, entre ellos el también exaspirante presidencial y exsecretario del Trabajo Javier Lozano Alarcón.
Para confirmar el sello de la casa, en su primera aparición como vocero panista, Lozano se lanzó contra el candidato de izquierda Andrés Manuel López Obrador, a quien demandó que demostrara de qué vive, ya que lleva varios años en campaña sin que se sepa que tenga algún empleo, un negocio o un despacho de consultoría.
Pero la batería verbal del autollamado "gallo azul" se enderezó sobre todo contra el aspirante priista Enrique Peña Nieto, a quien responsabilizó de haber frenado la reforma laboral en la Cámara de Diputados.
En este sentido, coincidió con Calderón, quien días antes había dicho públicamente "a ver a qué horas tienen a bien los diputados aprobar la reforma laboral".
En los medios panistas la actitud de Calderón, quien según comentan es jefe de gobierno y de partido y ahora jefe de campaña de Vázquez Mota, tiene como obsesión evitar el regreso del PRI a Los Pinos y en especial que su relevo en el cargo sea el exgobernador del Estado de México Enrique Peña Nieto.
Bajo estas circunstancias, los priistas estiman que desde el gobierno se buscará inculpar a militantes de ese partido y al propio Peña Nieto en algún ilícito prefabricado, o bien frenar su carrera hacia Los Pinos con un golpe espectacular con la eventual captura del "Chapo" Guzmán, vivo o muerto.
Por lo pronto, Calderón logró zafarse de una eventual sanción del IFE por su actuación como promotor de Josefina Vázquez Mota ante consejeros de Banamex, a quienes mostró una encuesta ordenada por el PAN en que la aspirante del albiazul aparece sólo cuatro puntos atrás de Peña Nieto.
También logró salir exculpado de acusaciones de intervenir en política electoral al expresar a The New York Times conceptos con claro tinte electoral y contrarios a los candidatos de oposición, especialmente a Peña Nieto.
Respaldo del PRI a López Obrador
Como respuesta a la campaña anti Peña enderezada desde Los Pinos, en el PRI se busca dar un respaldo implícito al candidato de izquierda Andrés Manuel López Obrador, al considerarlo como un aspirante que no está descartado, según dijo el propio líder del tricolor, Pedro Joaquín Coldwell. De hecho, en el tricolor verían con mucha satisfacción que Vázquez Mota sea quien terminara en el tercer lugar de la competencia, cosa que consideran factible luego de su caída en las preferencias electorales.
De ahí que el crecimiento electoral de López Obrador, que en la percepción generalizada no le alcanzaría para ganar la Presidencia, resultaría positivo para Peña Nieto dado que implicaría la derrota total del PAN y con ella la de Felipe Calderón.
Un elemento a considerar en este eventual escenario es que en la más reciente encuesta de Mitofsky, en relación con la competencia por la gubernatura en el estado de Morelos, donde se prevé un triunfo del PRI, en el renglón relativo a los candidatos presidenciales Vázquez Mota aparece muy lejos de Peña Nieto e incluso por detrás de López Obrador
Además de ser reconocido por propios y extraños como una persona de "mecha corta", el presidente Felipe Calderón también es un hombre de obsesiones, al menos en la fase final de su mandato.
Dos de estas obsesiones están claramente identificadas, tanto por los dichos como por los hechos del actual ocupante de Los Pinos, y están referidas a la ciudadana francesa Florence Cassez y al candidato del PRI a la Presidencia de la República, Enrique Peña Nieto.
En relación con Cassez, Calderón convirtió el asunto en un conflicto internacional al confrontar al presidente francés Nicolas Sarkozy, quien le solicitó personalmente que la sentenciada por secuestro cumpliera su condena de 60 años en su país de origen.
Calderón, no sin alguna razón, se negó a dicha petición, pero también convirtió el asunto en un tema personal al presionar públicamente a la Suprema Corte de Justicia para que no le otorgara un amparo y un acta de libertad a Cassez.
El problema es que el juicio contra la ciudadana francesa, según estableció el ministro Arturo Zaldívar, estuvo viciado de origen y se violaron los derechos consulares de Cassez, por lo que sí procede el amparo solicitado por sus defensores y su eventual libertad.
Finalmente otros tres ministros estuvieron de acuerdo en las violaciones al procedimiento, pero uno estuvo totalmente en contra, por lo que no se logró la mayoría requerida y por tanto el caso se trasladó a la magistrada Olga Sánchez Cordero, quien dictaminará en el tiempo que ella juzgue conveniente.
Pero de fondo en este conflicto está el montaje ordenado por el actual secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, quien operó para que la captura de Cassez y sus presuntos cómplices fuese presentada "en vivo" para la televisión.
Ahí no sólo se alteró el marco de la captura, se distorsionó la percepción de las víctimas y se forzaron declaraciones de los inculpados, sino que también se pasó por encima de los derechos de los presuntos secuestradores, particularmente de Florence Cassez.
El proyecto que finalmente no prosperó del ministro Zaldívar no establecía si Cassez es culpable o no, sino únicamente conforme a elementos jurídicos, concluyó que sí hubo violación a sus derechos y, por tanto, se tendría que reponer el juicio en su contra.
Sin respaldar explícitamente la propuesta de Zaldívar, el presidente de la Suprema Corte de Justicia, Juan Silva Meza, pronunció un discurso frente a Calderón en el que exigió respeto a la división de poderes, a no pretender ejercer presiones políticas en la aplicación de la ley y a respetar plenamente a la Constitución y a las instituciones.
Calderón ya no respondió a estos señalamientos, pero nadie duda de que mantendrá su posición de respaldo a García Luna y de condena total a Florence Cassez.
Los Pinos toma el control de la campaña de Vázquez Mota
A efecto de dar un impulso a la candidata del PAN, Josefina Vázquez Mota, y buscar que derrote en las urnas a su contrincante priista Enrique Peña Nieto, el presidente Calderón también ha tomado en la práctica el control de la campaña electoral de la aspirante del albiazul.
Esto ha terminado por fracturar al PAN, sobre todo porque Calderón ordenó al dirigente formal del albiazul, Gustavo Madero, que nombrara nuevos voceros, entre ellos el también exaspirante presidencial y exsecretario del Trabajo Javier Lozano Alarcón.
Para confirmar el sello de la casa, en su primera aparición como vocero panista, Lozano se lanzó contra el candidato de izquierda Andrés Manuel López Obrador, a quien demandó que demostrara de qué vive, ya que lleva varios años en campaña sin que se sepa que tenga algún empleo, un negocio o un despacho de consultoría.
Pero la batería verbal del autollamado "gallo azul" se enderezó sobre todo contra el aspirante priista Enrique Peña Nieto, a quien responsabilizó de haber frenado la reforma laboral en la Cámara de Diputados.
En este sentido, coincidió con Calderón, quien días antes había dicho públicamente "a ver a qué horas tienen a bien los diputados aprobar la reforma laboral".
En los medios panistas la actitud de Calderón, quien según comentan es jefe de gobierno y de partido y ahora jefe de campaña de Vázquez Mota, tiene como obsesión evitar el regreso del PRI a Los Pinos y en especial que su relevo en el cargo sea el exgobernador del Estado de México Enrique Peña Nieto.
Bajo estas circunstancias, los priistas estiman que desde el gobierno se buscará inculpar a militantes de ese partido y al propio Peña Nieto en algún ilícito prefabricado, o bien frenar su carrera hacia Los Pinos con un golpe espectacular con la eventual captura del "Chapo" Guzmán, vivo o muerto.
Por lo pronto, Calderón logró zafarse de una eventual sanción del IFE por su actuación como promotor de Josefina Vázquez Mota ante consejeros de Banamex, a quienes mostró una encuesta ordenada por el PAN en que la aspirante del albiazul aparece sólo cuatro puntos atrás de Peña Nieto.
También logró salir exculpado de acusaciones de intervenir en política electoral al expresar a The New York Times conceptos con claro tinte electoral y contrarios a los candidatos de oposición, especialmente a Peña Nieto.
Respaldo del PRI a López Obrador
Como respuesta a la campaña anti Peña enderezada desde Los Pinos, en el PRI se busca dar un respaldo implícito al candidato de izquierda Andrés Manuel López Obrador, al considerarlo como un aspirante que no está descartado, según dijo el propio líder del tricolor, Pedro Joaquín Coldwell. De hecho, en el tricolor verían con mucha satisfacción que Vázquez Mota sea quien terminara en el tercer lugar de la competencia, cosa que consideran factible luego de su caída en las preferencias electorales.
De ahí que el crecimiento electoral de López Obrador, que en la percepción generalizada no le alcanzaría para ganar la Presidencia, resultaría positivo para Peña Nieto dado que implicaría la derrota total del PAN y con ella la de Felipe Calderón.
Un elemento a considerar en este eventual escenario es que en la más reciente encuesta de Mitofsky, en relación con la competencia por la gubernatura en el estado de Morelos, donde se prevé un triunfo del PRI, en el renglón relativo a los candidatos presidenciales Vázquez Mota aparece muy lejos de Peña Nieto e incluso por detrás de López Obrador
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