sábado, 19 de septiembre de 2009

VIVE BRASIL PROSPERIDAD EN MOMENTOS DE RECESIÓN

Se prevé que la inflación en el país cerrará este año en 4.3%
El coloso de América del Sur realiza exportaciones por 200 mil 336 millones de dólares en el último año
Brasil, la primera economía de América Latina, pareciera emerger como un paraíso y consolidarse como la novena potencia económica mundial, en momentos en que el sistema financiero global enfrenta serios tropiezos.
El país sudamericano vive en la actualidad una explosión de prosperidad, con grandes inversiones, una moneda estable y una inflación que se prevé cerrará este año en 4.3 por ciento, pero con una alta tasa de delincuencia.
"En los últimos 30 años no se había visto nada igual", afirmó un empleado que carga maletas en el aeropuerto de Guarulhos al narrar que ahora hay mayores oportunidades, a diferencia de otros años donde las clases más pobres no tenían un acceso fácil al empleo.
"La crisis golpea a muchos pero aquí, pero afortunadamente, gracias al turismo, no sentimos ese golpe", señaló este hombre de cortas palabras y andar presuroso.
Edificios modernos, hoteles lujosos, costosos vehículos y fastuosos restaurantes conforman parte de este estallido que atrae a inversionistas extranjeros en busca de oportunidades en tierras brasileñas.
A la entrada de la ciudad, "El Sambódromo", las instalaciones donde se celebra el desfile de las Escuelas de Samba con motivo del carnaval que se celebra cada año en este país sudamericano y que atrae la mirada del mundo por su exuberancia.
Filas de autos se desplazan a gran velocidad en las amplias y bien acondicionadas avenidas de esta pujante ciudad, desde donde emergen grandes construcciones que reflejan que aquí circulan muchos recursos.
"En lo económico estamos mejor que antes", aseveró el taxista Paulo Wendell, quien cobra dos dólares por cada kilómetro que recorre su automóvil marca Chevrolet.
"Con Lula las condiciones han mejorado, ¿no lo cree usted?", pregunta mientras enseña las diferentes zonas de la ciudad y recomienda que lo mejor es no salir de noche porque hay grupos de delincuentes que cometen asaltos.
Este país, que tiene un Producto Interno Bruto (PIB) de un billón 994 mil 997 millones de dólares, con una renta per cápita para cada uno de sus 190 millones de habitantes de 12 mil 007 dólares, tiene también su rostro abierto de pobreza y delincuencia.
A pesar de ese escollo, el coloso de América del Sur realizó exportaciones por 200 mil 336 millones de dólares en el último año, que lo posicionó en el puesto mundial número 20 como nación exportadora.
Parte de la riqueza acumulada de Brasil proviene de las exportaciones a Europa y Asia de soya, carne de res y minerales, situación que le permite al presidente Luiz Inácio Lula da Silva gobernar sin complicaciones.
Los 200 mil millones de dólares que tiene en reservas internacionales le permite a la administración de Lula da Silva expandir a diversos rincones los programas de asistencia social para los pobres.
El Instituto Brasileño de Geografía y Estadísticas prevé que este país crecerá cerca de un 5.0 por ciento, auge que le permitirá establecer fondos soberanos por un valor de entre 10 mil millones y 20 mil millones de dólares.
El Ministerio de Hacienda presentó de manera reciente un plan de desarrollo industrial de 125 mil millones con el fin de incentivar el inicio de operaciones de nuevas empresas dedicadas a la exportación y la alta tecnología.
Con ese fin, el gobierno brasileño anunció que otorgará a los empresarios una serie de exenciones tributarias, lo que dará un respiro a los inversionistas.
Este nuevo clima, con estabilidad y apertura a los inversionistas, ha servido de "pasaporte" para que millones de pobres puedan aspirar a tener un menor nivel de vida, señaló el empresario peruano Jorge Reátegui Aspiazu.
El hombre de negocios, que viajó de Lima a Sao Paulo para adquirir productos para la industria panificadora, agregó que "esta revolución económica de Brasil la veo como una oportunidad para que se acorte la brecha entre ricos y pobres".
"Brasil es una potencia en Sudamérica que hemos desdeñado y no debemos dejar de pasar la oportunidad de subirnos al carro de las oportunidades", comentó.
La confianza de los brasileños llevó al presidente de Brasil a darle una cátedra al entonces gobernante de Estados Unidos, George W. Bush, a quien le atribuyó la crisis crediticia en Estados Unidos.
"Aquí está el problema, hijo", le dijo Da Silva a Bush, tras lo cual le señaló que "hemos pasado 26 años sin crecer. Y ahora que estamos creciendo, ¿aparecen ustedes y complican las cosas? íSolucione su crisis!"
Da Silva, un ex líder sindical, es hoy, paradójicamente, un defensor de los empresarios, a quienes apoya con un discurso amistoso y ha dicho en varios foros que Brasil es un país serio, con políticas serias.
Pero quizás la crítica que aún no logra sortear Da Silva está relacionada con el imponente Estado, lo que lleva a elevar la carga impositiva brasileña a 36 por ciento de la producción.
El Instituto Brasileiro de Mercado de Capitais, una escuela de negocios, reseñó en un reciente informe que Brasil es un país fiable y confiable que no tiene los problemas de otras naciones emergentes.
Brasil sólo debe preocuparse porque los problemas de Colombia y Venezuela no pasen las fronteras y se instalen en territorio brasileño, situación que lleva a los inversionistas a ver a esta poderosa nación como un nicho ideal para colocar sus fondos.
Fuente: El Financiero

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