lunes, 7 de septiembre de 2009

POLÍTICA FISCAL, RECESIVA E INFLACIONARIA

BAROMETRO ECONÓMICO
*Rodolfo Navarrete
En vísperas de la presentación del paquete económico de 2010, los adelantos sobre su posible contenido que han hecho los principales funcionarios públicos son de preocupar, sobre todo en lo que se refiere a los fuertes efectos negativos que podría tener en la inflación y la recuperación económica.
En términos generales, estos funcionarios han señalado que para afrontar el faltante fiscal de 300 mil millones de pesos que se prevé se registre en 2010, será necesario emprender tres medidas: Uno, elevar el monto de la deuda pública en más o menos cien mil millones de pesos; dos, reducir el gasto público en otros cien mil millones; y tres, obtener los restantes cien mil vía el incremento de los ingresos públicos, ya sea mediante el aumento de los impuestos y/o el incremento de los precios y tarifas públicas.
Sobre la reducción del gasto público, se indica que se dará por medio de la eliminación de varias secretarías de Estado y la compactación de las funciones de otras varias oficinas públicas.
Mientras tanto, el aumento de los ingresos tributarios se daría vía el incremento, hasta en cuatro puntos porcentuales, de la tasa máxima del Impuesto sobre la Renta (ISR), el alza en 1.5 puntos porcentuales del Impuesto Empresarial a Tasa Única (IETU), el aumento en un punto porcentual en el Impuesto sobre Depósitos en Efectivo (IDE) y el incremento del Impuesto Especial sobre la Producción y Servicios (IEPS) a diferentes productos.
Respecto al IVA hay dos propuestas: una, que considera la posibilidad de gravar todos los productos con una tasa uniforme de 12.0 por ciento, incluidos alimentos y medicinas y, la otra, hacerlo con una tasa de 5.0, excluyendo aquellos productos contenidos en la canasta básica.
Sin embargo, no debe dejar de mencionarse que el PRI ha reiterado en varias ocasiones su oposición a esa posibilidad, mientras que el presidente Felipe Calderón sigue insistiendo que ésta sería una vía adecuada para agenciarse de más ingresos.
En cuanto a los precios y tarifas públicas, se ha anunciado la posibilidad de aumentar hasta en 1.75 pesos el precio de las gasolinas, reducir en 10 por ciento el subsidio al consumo de electricidad y elevar los peajes de caminos y puentes federales, entre otras.
Como se sabe, este martes se conocerá a ciencia cierta cuáles serán las medidas que intente aplicar la SHCP, que todavía serán sometidas a la discusión y aprobación del Congreso, que a mediados de noviembre anunciará el paquete definitivo.
Sin embargo, es probable que éstas no difieran sustancialmente de las ya mencionadas, salvo en el caso del IVA, que podría quedarse tal como está hoy.
Si éste fuera el caso, la economía mexicana verá postergada la posibilidad de su recuperación, en vista de que la aplicación de este conjunto de medidas será recesivo e inflacionario.
Baste mencionar, en este sentido, que simplemente la reducción de gasto público implicará una disminución de 0.8 por ciento del PIB, sin considerar el efecto multiplicador.
Por otro lado, el incremento de los impuestos y de los precios y tarifas públicas en la misma magnitud que la reducción del gasto público, tal como se indica líneas arriba, implicará agregar una disminución adicional de 0.8 puntos porcentuales, por lo que ambas medidas sumadas a sus efectos multiplicadores bien podrían restarle 3.0 por ciento al crecimiento estimado para el próximo año, lo que lleva a concluir que la economía bien podría no crecer en 2010.
Por lo que se refiere a la inflación, es de esperar que los incrementos en los impuestos a diferentes productos sujetos al IEPS tengan una efecto de una sola vez sobre la inflación, mientras que los incrementos al ISR y al IETU, así como los aumentos de los precios y tarifas públicas tendrán un efecto directo y otro indirecto o desfasado, relacionado este último con el traspaso de esos incrementos a los precios de los productos finales y a los salarios.
Estoy calculando que, en ausencia de modificaciones al IVA, el efecto directo de estas medidas sobre la inflación será de 1.8 puntos porcentuales, mientras que el efecto total, que incluye el efecto directo y el desfasado, será de 3.2 puntos porcentuales.
Si esto resultara así, es claro que las tasas de interés y el tipo de cambio tendrán que subir, con lo que las presiones recesivas e inflacionarias del paquete fiscal podrían verse exacerbadas.
En este contexto, la única variable que podría contrarrestar los negativos efectos del paquete fiscal, al menos en términos del crecimiento económico, serán las exportaciones, que si bien podrían verse favorecidas por la depreciación del tipo de cambio, en las actuales circunstancias dependen crucialmente de la demanda estadounidense y, en última instancia, del crecimiento económico de ese país, que felizmente hasta el día de hoy pinta bien. ¿Y en 2010?
*Economista del sector privado
Fuente: El Financiero

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