sábado, 8 de agosto de 2009

EL MUNDO SEGÚN MONSANTO

Primero fue una película documental; a partir de ella, un libro: El mundo según Monsanto. En ambos, la periodistafrancesa Marie-Monique Robin despliega, con rigor y minuciosidad, la tenebrosa historia de la transnacionalagroquímica y biotecnológica Monsanto, denuncia la peligrosidad extrema de sus productos y describe las turbiasmaniobras con las que la compañía ha logrado controlar buena parte del comercio mundial de las semillas transgénicas. En tanto, el Ministerio de Agricultura y Defensa del Consumidor de Alemania prohibió el cultivo de una variedad de maíz transgénico desarrollada por dicha empresa; la ministra de Defensa argentina, Nilda Garré, vetó la plantación de soya genéticamente modificada en los campos pertenecientes a las fuerzas armadas, y un informe de la Universidad de Buenos Aires señala que el herbicida glifosato constituye una amenaza para la salud humana. Mientras en México se prolonga el debate sobre la nocividad del maíz transgénico.
Si la aspiración a un futuro mejor, la fe en la racionalidad humana y la creencia en la tecnología como garantía de progreso fueron las bases sobre las cuales se asentó la utopía moderna, basta leer el libro de MarieMonique Robin para dar por tierra con cualquier vestigio de aquella ilusión. Hoy, tras la tormenta neoliberal de los años 90 del siglo pasado, no es sólo la debacle financiera y económica mundial la que da cuenta de la situación de crisis en que quedó el papel del Estado moderno. Otras áreas estratégicas para la supervivencia del hombre se encuentran en peligro y auguran riesgos difícilmente calculables.
El mundo según Monsanto. De la dioxina a los OGM. Una multinacional que les desea lo mejor, de Marie-Monique Robin (1), es una exhaustiva e inquietante investigación sobre una de las corporaciones más polémicas de la industria de la biotecnología. Este gigante de los productos transgénicos, que desde su fundación en 1901 en Missouri, Estados Unidos, ha acumulado un sinnúmero de procesos penales por la toxicidad de sus productos, ha logrado también dominar el mercado mundial de la alimentación con la complicidad de gobiernos, funcionarios y regulaciones permisivas. En Argentina, la aparición de esta investigación tiene lugar en medio del turbulento cruce de intereses políticos y económicos entre el gobierno y las entidades agropecuarias. El conflicto, aún irresuelto, puso en evidencia la ausencia de una política agropecuaria y tiene a la soya transgénica como eje del debate.
Fuente: Le Monde Diplomatique México

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