viernes, 21 de agosto de 2009

2010

Kamel Athie
Sólo se ve una lucecita en el fondo del túnel, y no es el dichoso ferrocarril que viene para arrollarnos, se trata de la incipiente recuperación económica de Francia y Alemania, que en el segundo trimestre del año, registraron un 0.3 de crecimiento, que si bien es pírrico, marca un alto a la caída.
Japón segunda economía mundial, creció en 3.0%, después de una crisis que se prolongó por 5 trimestres, en tanto que algunos países asiáticos como China y la India sus incrementos del PIB, no bajan del 7%.
Eso que parece ser muy ajeno a nuestra realidad, se torna interesante porque sirve para equiparar las estrategias que han emprendido y les han resultado exitosas, en donde los gobiernos, entre otras medidas, están impulsando la inversión pública como detonante para alentar el consumo y hacer funcionar el círculo virtuoso de la recuperación.
Estados Unidos, está cerca de frenar la recesión e iniciar su recuperación de manera moderada pero constante, lo cual ocurrirá
según expertos en el segundo trimestre del 2010, y su penicilina consiste en rescatar empresas generadoras de empleos y aumentar la inversión pública como eje central para favorecer el consumo, lo cual inexorablemente exige de endeudamiento.
Joseph E. Stiglitz premio nobel de economía 2001, surgido de las propias entrañas del capitalismo, alertó que este modelo en dicho país, había fracasado por la debilidad del Gobierno frente al inconsciente juego de los mercados financieros, que es necesario controlar y normar para evitar otros colapsos.
¿Y qué es lo que está pasando aquí, eh? No vemos ningún ferrocarril en el fondo porque ya pasó sobre nosotros, los márgenes de acción del gobierno se han cerrado paradójicamente, de tal suerte que cualquier medida que se adopte “equivale a morderse la cola”, no podemos recurrir la inversión pública porque no hay conque.
Por primera vez existe un consenso entre los mexicanos, liderado por sus autoridades y por los que detentan el poder político y económico, que el 2010 será peor que el 2009, pero tocaremos fondo gracias a la recuperación norteamericana, porque las medidas criollas anti crisis no han surtido efecto positivo, por el contrario, algunas de ellas han sido resonantes con la recesión.
Y de verdad que no hay porque afirmar que será mejor, ya que no existe un solo elemento para ello, excepto el comportamiento que observen nuestros vecinos, pues aunada a la incapacidad del gobierno para sortear el temporal, persiste una fragilidad endémica en las finanzas públicas nacionales.
La sequía que vivimos es la peor en varias décadas, lo cual reducirá el suministro de agua potable en algunas regiones, y la disminución en la producción agropecuaria, hará más crítica la subsistencia de los habitantes rurales; las importaciones de granos producirán la fuga de divisas. De la influenza mejor ni hablar.
A tiro cantado no hay para donde hacerse, el Presidente ya dijo que todos cargaremos con el espinoso paquete, aunque para muchos pese más que para pocos; habrá que pagar más impuestos y asumir incrementos en los servicios que presta el sector público, como gasolinas, diesel, energía eléctrica, agua, peajes…
Estos entornos permiten inferir que viviremos inflación con recesión, lo cual es una mezcla peligrosa y más aún si el Gobierno en todos los niveles, incluyendo al poder legislativo y judicial, no hacen esfuerzos efectivos por reducir su dispendioso gasto corriente.
Economista y Analista Político

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