miércoles, 18 de enero de 2012

MANUAL PARA ENTERRAR LA POLÍTICA PÚBLICA HACIA LAS PYMES

Eduardo Torreblanca Jacques / El Financiero
En 2012 la política pública hacia las Pymes cumplirá 12 años de existencia. Por primera vez va a vivir un proceso de transición política con muy clara posibilidad de que se efectúe una alternancia.
La duda es si el partido ganador, de no ser el PAN, habrá de mantener las políticas públicas de fomento a las micro, pequeñas y medianas empresas.
México cuenta hoy con políticas públicas que procuran que la empresa mexicana de menor tamaño sea más competitiva a través de una serie de estímulos y apoyos, subsidios y facilidades que le conceden los gobiernos en sus distintos ámbitos de facultad, desde el federal hasta el municipal.
Perfectible, esta política se fue conformando desde Juan Bueno Torio hasta Miguel Marón Manzur como subsecretarios. Esto incluye a Sergio García de Alba, Alejandro González y Heriberto Félix Guerra.
Una de sus grandes debilidades es que no tiene de dónde asirse en su parte superior, es decir que no le cobija ninguna ley o política de fomento industrial.
Su vida la debe a un ordenamiento en grado de ley que procura la competitividad de las empresas mexicanas. La lógica invitaría a que antes fuera la Ley de Fomento Industrial la que apuntalara la Ley de Competitividad, y de ahí una política de fomento a las pequeñas empresas.
¿Por qué apoyar a las Mipymes? Nada más porque son 99.8 por ciento de las unidades de negocio en el país y soportan 80 por ciento del empleo. Nada más por eso.
No todas las naciones en el mundo tienen política hacia sus Pymes, pero ciertamente las naciones con más visión, las más avanzadas, las más exitosas, por cierto, cuentan con esa política.
En Estados Unidos -ya que a los mexicanos nos gusta tanto ver hacia el norte- está la SBA, una institución creada en 1976 y que actualmente conduce Karen Mills.
Esta instancia de gobierno cuenta con dos mil empleados, y su presupuesto sólo para funcionamiento alcanza los mil millones de dólares este año. En el fiscal de 2011 ejerció mil 790 millones.
Detrás de la SBA hay miles de millones de dólares. Ya con garantías, créditos, aportaciones a proyectos específicos se mueven más de 28 mil millones de dólares y se soporta una actividad económica donde están involucradas las Pymes por más de 40 mil millones de dólares.
Karen Mills, por cierto, como ha sido el caso de la Sall Business Administration, reporta directamente al presidente de Estados Unidos.
En Corea, una nación que tenía menor desarrollo que México en la década de los sesenta, y hoy tiene un PIB notoriamente superior a nuestra nación, existe una política pública que maneja más de mil millones de dólares, sin tomar en consideración los montos destinados al apoyo financiero. Las incubadoras de empresas más visionarias, de vanguardia, exitosas a nivel mundial, están en Corea.
No todas las naciones en el mundo tienen una política pública hacia las Pymes, ciertamente, pero las más avanzadas cuentan con estos lineamientos invariablemente. Todas las naciones que se precian de ser desarrolladas cuentan con instancias y políticas públicas hacia sus Pymes.
La mayoría de los mexicanos gustan de pensar que el país está repleto de corruptos y de "chambones" (de ahí el clásico que sostiene que los únicos futbolistas en el mundo que fallan penaltis en los momentos clave son los mexicanos).

Para ellos habría que escribir que la OCDE tiene entre sus encomiendas evaluar periódicamente políticas públicas hacia las Pymes entre los países integrantes de la Organización e incluso entre los no miembros. Las mejores prácticas, con los mejores resultados, son documentadas para su posible implementación en otros países.
En México ya hicieron una muy exhaustiva evaluación de lo que se ha hecho. Cursa un segundo proceso de valoración para comparar ambos y obtener conclusiones.
En la primera valoración, constatada, por cierto, por reporteros de EL FINANCIERO, Reforma y El Economista, fue muy destacada para México, al extremo de ser calificada como una de las experiencias relevantes tanto por los resultados obtenidos a poco tiempo de su implementación como por la relación entre resultado y recursos públicos invertidos.
Corea es otra de las naciones que ha venido a México a conocer detalles de lo que se está haciendo. Muy sorprendidos de lo que se puede hacer con tan poco dinero.
Han venido de Centro y Sudamérica, de España, naciones incluso de África, de Europa. La política pública mexicana, que no se basó en replicar esquemas exitosos en otras partes del mundo, por cierto, disfruta de un prestigio internacional decoroso. Mucha de la política pública mexicana hacia la Pyme es "mexican hand made".
Desde luego que esta política está muy distante de ser perfecta y hay cantidad enorme de áreas de oportunidad para mejorarla, en donde están incluidos los pendientes de crear la figura del ombudsman Pyme -presente en la política pública de Estados Unidos, por cierto-; ampliar la red de incubadoras; hacerla más eficiente; obligar a la banca comercial extranjera a que extienda crédito en determinado porcentaje de su cartera en financiamiento sin que tenga que tomar del biberón de las garantías públicas; estrechar más la labor entre las grandes empresas y las incubadoras, pero sobre todo que el gobierno federal participe de esta línea de acción de apoyar la labor de las Pymes, porque lamentablemente una secretaría se encarga de promover y otras de desestimular su crecimiento e incluso poner piedras a su existencia.
"Por si las moscas", si usted será el siguiente subsecretario de las Pymes, como primer punto de este manual está una ley que no puede faltar:
Considérese un iluminado con la confianza de que nunca antes ha habido nada serio o superior a lo que usted es capaz de imaginar.

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