martes, 1 de marzo de 2011

UNA REFORMA FISCAL INTEGRAL PARA EL NUEVO SIGLO

Lic. Jesús Alberto Cano Vélez (*) / Excelsior
Comentábamos en la columna de la semana pasada, que venía en camino desde el Senado de la República, una propuesta de régimen fiscal --que podrá ser la Madre de todas las reformas-- para iniciar este año acciones orientadas a instrumentar una Reforma Fiscal Integral, exactamente un año y medio antes de las importantes elecciones federales de 2012. Sin duda habrá obstáculos --unos de fondo y otros de forma-- planteados por algunos de los que tienen tratos preferenciales: “¿Por qué otra vez? –podrán decir-- ya hicimos modificaciones el año pasado y el antepasado. ¡Van a confundir a los contribuyentes!”.
Pero, a diferencia de las otras ocasiones y propuestas, este nuevo proyecto pretende ser INTEGRAL; porque sugiere un nuevo régimen fiscal de Ingreso, Gasto y Federalismo, con la idea de que sea incluyente, proporcional, equitativo y realmente recaudador, para elevar los ingresos de los gobiernos Federal, Estatales y Municipales; y permitirles a los tres niveles de gobierno cumplir con sus obligaciones sociales.
Habría incremento en la base de contribuyentes por la nueva estructura de la recaudación, que reduciría fuertemente la evasión y la elusión. Propone reducir la tasa máxima del ISR en actividades empresariales, de 30 a 25%, con un sistema simple de contribución y la unificación del IETU con el ISR. Para las Personas Físicas plantea un ajuste en la progresividad para reducir los impuestos en los niveles de ingresos bajos y medios, y que los de mayores ingresos contribuyan en una mayor proporción; y en el IVA, cerrar los inmensos huecos que hoy existen, que impiden su sistema natural de control.
Bajaría la tasa general de IVA del 16% al 12%, aplicable a todos los productos, lo que eliminaría la inmensa evasión que se da en la actualidad por tantas excepciones; e integraría un nuevo esquema de tasa cero, pero únicamente a medicinas y a los alimentos que integren la canasta básica, que sería el principal renglón de gasto de los 4 primeros deciles de ingreso de la población, o sea el 40% de las familias de menores ingresos.
Por otra parte, en lo integral, sugiere un nuevo régimen de gasto más eficaz y eficiente y con mejor destino, así como un nuevo federalismo, facultades exclusivas de la Cámara de Diputados.
En las reuniones que han llevado al cabo los senadores con las cámaras empresariales nacionales, regionales y locales, y los gremios de profesionales, como los abogados y contadores, las respuestas han sido muy favorables, porque coinciden con los planteamientos que han venido haciendo de tiempo atrás, especialmente por su insistencia de que todos paguen, para que la carga de cada contribuyente sea menor.
El diseño de la Propuesta
Para su diseño, los autores hicieron un estudio a fondo de la efectividad recaudadora de los países de la OCDE, así como de los países vecinos de Latino América. En ambas comparaciones, México salió mal: en último lugar, porque en nuestro Continente, al sur, a diferencia de Brasil y Argentina, que recaudan en materia tributaria el 30% y el 26%, respectivamente de sus PIBs, siendo el promedio de Latino América de 17%, México recauda apenas 9.6%, lo que prueba las palabras de sabio antepasado, que “a los mexicanos simplemente no les gusta pagar impuestos”.
Si analizamos a los países de la OCDE, de la que también somos parte, veremos que resulta la misma historia, entre un grupo aún más exitoso. Su recaudación fiscal global máxima está en 50% de sus PIBs, con el promedio siendo 39%, contra el 18.8% de México, que incluye los ingresos tributarios del Gobierno Federal, de los Estados, de PEMEX y los pagos a la seguridad social.
Muchos creemos que de tener la opción de pagar Nada, Poco o Mucho –así a secas-- casi todos escogeríamos Nada o Poco. Pero es porque nunca se han explicado los detalles del “para qué” ni los tratos de excepción; O sea, el monto de los nuevos GASTOS y SERVICIOS y los BENEFICIARIOS, para que todos los mexicanos nos veamos en ese espejo.
Con una sociedad DEMOCRÁTICA, viviendo en mayor abundancia por un gobierno más presente, sin pobrezas extremas y sin la magna corrupción de ahora, podríamos alcanzar a ser un país exitoso, como todos hemos querido. Y el apreciar la distribución del nuevo gasto y el beneficio individual de cada uno, nos daría una visión del México nuevo que estaríamos construyendo.
Para los hombres de negocio: un nivel de impuestos que no los ahogue y un mercado inmenso. Para los jóvenes: alternativas de estudios que cambiarían sus expectativas de vida, sin tener que depender de promesas incumplidas de futuros legisladores o presidentes; y para los adultos de mayor edad, la tranquilidad de saber que sus necesidades de salud y de jubilación estarían cubiertas.
La Mejor Manera de Empoderar a Todos los Mexicanos
Un esquema Fiscal como el que se propone requeriría también que la sociedad civil estuviera inmersa en los nuevos procesos; y la pobreza extrema que hoy vive la mitad de los 112 millones de mexicanos no fuera ya parte de nuestra triste realidad.
Habría centros de educación de todos los niveles, disponibles para el que quisiera estudiar; y las carreras a cursar cubrirían todos los campos y niveles. Dependería de la disposición de cada individuo de estudiar y de lo que cada joven quiera para sí.
El México de hoy es un país de abundante pobreza, con tratos diferenciados y discriminatorios, según las influencias, y de mucha gente que siente que para avanzar necesita de privilegios y que su sociedad y su país los detiene y no les ayuda a mejorar su vida.
¿Qué México Queremos?

(*) Presidente Nacional de El Colegio Nacional de Economistas

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