viernes, 25 de marzo de 2011

EFECTOS DE LA CRISIS JAPONESA EN MÉXCO

Rodolfo Navarrete / El Financiero
A dos semanas de las catástrofes naturales y el riesgo nuclear en Japón, aunque todavía sin conocer a ciencia cierta la verdadera magnitud de los daños, se puede adelantar que estos fenómenos no afectarán a la economía mexicana.
Lo anterior, no sólo porque el intercambio comercial entre ambos países es reducido, sino porque también nuestros principales socios comerciales tampoco resentirán esos efectos, por lo que no se manifestarán impactos indirectos, salvo los relacionados con los mercados financieros.
Antes de evaluar estos efectos, es necesario señalar que hoy se sabe que la zona afectada por las catástrofes naturales y por la emergencia nuclear concentra de 6 a 7 por ciento del PIB japonés, ligeramente por encima de lo que afectó en su momento el terremoto de Kobe, en 1995.
Con base en la comparación con ese evento, se estima que el efecto económico de corto plazo de tal catástrofe será de alrededor de 2.0 a 3.0 por ciento del PIB japonés, y que afectará principalmente parte de la actividad del primer trimestre y, sobre todo, la del segundo.
Posteriormente, se estima inicie un rápido proceso de recuperación económica, asociado al fuerte impulso que observarán el gasto público y privado con objeto de la reconstrucción.
Es importante hacer este señalamiento porque muestra que sólo una parte de la economía japonesa es la que ha resentido los efectos de estos fenómenos naturales, por lo que la mayor parte de la actividad económica mantiene más o menos sin alteraciones sus niveles de operación.
Esto quiere decir que dependiendo de la ubicación regional o geográfica de las empresas japonesas con quien se mantiene la relación comercial serán los efectos sobre la economía nacional.
Respecto al intercambio comercial entre México y Japón, éste es reducido, según lo muestran las estadísticas oficiales. Así, tan sólo 0.64 por ciento de las exportaciones totales de 2010 se destinó a ese país, lo que equivale a mil 923 millones de dólares; mientras que por el lado de las importaciones, 5.0 por ciento del total de las compras del exterior provino de Japón, sumando 15 mil 14 millones de dólares.
Como puede apreciarse, el efecto de una hipotética interrupción del intercambio con Japón no afectará el comercio exterior mexicano, salvo de manera relativamente marginal y por el lado de las importaciones.
Sobre este punto, la información disponible muestra que los principales productos que se adquieren de Japón son: automóviles, máquinas, aparatos y material eléctrico; partes y accesorios automotrices, máquinas y aparatos de imprimir; pantallas planas, semiconductores, etcétera.
En tal sentido, es probable que algunas empresas automotrices de origen japonés se vean afectadas en el abastecimiento de algunos insumos, que las podrían llevar tal vez a observar una reducción en el ritmo de operación, pero sin llegar a mayores consecuencias.
Al respecto, algunos funcionarios relacionados con el sector han señalado la presencia de estos efectos marginales. Pero, por otro lado, otros funcionarios han comentado que la demanda de insumos elaborados en algunas empresas maquiladoras del norte podría verse incentivada ante la posible paralización de sus contrapartes en Japón.
Por lo que se refiere a los efectos indirectos que podría provocar la emergencia japonesa, se estima que EU, nuestro principal socio comercial, tampoco resienta los efectos de la crisis.
Como se sabe, la economía de EU es relativamente cerrada. Las exportaciones representan algo menos que 10 por ciento de su PIB, mientras que tan sólo un pequeño porcentaje de éstas se destina a Japón. Pero lo más importante es que gran parte de este comercio se efectúa con empresas ubicadas en la parte sur de Japón.
Por el contrario, una vez que inicie el proceso de reconstrucción de las zonas afectadas, es probable que una parte importante de empresas estadounidenses productoras de bienes de capital se vean beneficiadas, apuntalando así el proceso de recuperación estadounidense.
De lo anterior se desprende que tampoco resentiremos los efectos a través de una posible afectación de la demanda de productos mexicanos por parte de EU.
Pese a lo anterior, los mercados financieros se han visto afectados durante la semana pasada, aunque no de manera importante. Así, por ejemplo, la bolsa de valores registró una caída de 1.32 por ciento desde el 10 de marzo, mientras que el tipo de cambio se depreció 0.7 por ciento.
Si bien no son significativos estos movimientos, lo único que muestran es que tales mercados se han abaratado, por lo que poco a poco se están tornando más atractivos para los inversionistas.
Por otro lado, cabe mencionar que en ese periodo el precio de la mezcla mexicana de petróleo de exportación se sostuvo por encima de los cien dólares por barril, lo cual representó ingresos extraordinarios para el presupuesto público, que de alguna manera contribuirán al crecimiento mexicano.
Al respecto, vale recordar que el precio promedio por barril de petróleo exportado previsto en la ley de ingresos del sector público es de 63.0 dólares por barril.
Economista del sector privado

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