Nouriel Roubini / elEconomista.es
La economía global de hoy puede describirse como un vaso que está medio lleno y medio vacío. Sus tendencias y/o riesgos en positivo son:
1. La recuperación global y la reciente aceleración efectiva del crecimiento mundial fundamentadas en los índices de fabricación de productos y otros indicadores de la actividad económica con vistas al futuro.
2. Una menor probabilidad hoy en día de los riesgos a la baja que preocupaban a los inversores en 2010: deflación, recaída de la recesión en Estados Unidos y otras economías avanzadas, riesgo de descomposición desordenada de la zona euro.
3. Las empresas de alto nivel en las economías avanzadas son eficientes: han reducido costes, incrementado la productividad y la eficiencia, son muy rentables y se asientan sobre miles de millones de dólares de efectivo que pueden poner a trabajar para el capital, contrataciones, fusiones, adquisiciones y otras transacciones financieras.
4. La fortaleza de las economías de mercados emergentes. Es secular y no simplemente un cambio cíclico. Su cuota en el PIB y el crecimiento global va creciendo con el tiempo.
5. Hasta hace poco, el apetito más que la aversión al riesgo de los mercados financieros. A medida que suban los mercados de valores, podrán repararse los balances en la parte del activo, lugar de hacerlo sólo por la vía de desapalancamiento. Se está retroalimentando un ciclo virtuoso entre sorpresas económicas positivas y reactivación de los activos para la economía real.
6. Tanto en las economías avanzadas como en las emergentes, la globalización y la innovación tecnológica siguen fuertes, a pesar de las amenazas de tensiones de divisas, comerciales y la imposición de algunos controles de capital.
Los riesgos negativos o vulnerabilidades son los siguientes:
1. Recuperación en forma de U, como mucho, en la mayoría de las economías avanzadas, dado que el doloroso desapalancamiento del sector público y privado durará años. El crecimiento del crédito bancario sigue siendo anémico.
2. Alza del riesgo nacional en la mayoría de las economías avanzadas -no sólo en Portugal, Irlanda, Italia, Grecia y España (PIIGS) en la zona euro- dado que el aumento de la deuda pública y los déficit es un problema también en EEUU, Japón, Reino Unido, etc.
3. Los problemas de los PIIGS son crónicos y no se resolverán en el corto plazo, a pesar del fuerte compromiso político del centro para apoyar a la periferia. Grandes déficit presupuestarios y deuda pública; los sistemas financieros tienen que limpiarse y recapitalizarse; mucho pasivo extranjero del sector privado en países con déficit por cuenta corriente; falta de competitividad; falta de crecimiento económico o directamente contracción. La reestructuración ordenada pero coercitiva de la deuda pública y/o privada será inevitable.
4. El crecimiento estadounidense a corto plazo es cercano al potencial, pero el riesgo negativo procede de la elevación de los precios del petróleo y productos básicos; una tasa de desempleo aún alta a pesar de la mejora del mercado de trabajo; la recaída del sector de la vivienda; problemas fiscales para los gobiernos locales y/o estatales; el déficit estructural federal que ni siquiera se ha empezado todavía a abordar; y la demora en el desapalancamiento de la vivienda por causa del reapalancamiento aún mayor del sector público.
5. El fuerte crecimiento de las economías emergentes conlleva un recalentamiento, elevación de la inflación, crecimiento monetario y crediticio excesivo y riesgo de burbujas de activos. El endurecimiento de la política monetaría va por detrás del mercado en muchas economías emergentes, dado que la voluntad de usar la política de tipos de interés y tipos de cambio para controlar la inflación es limitada. Riesgo de que el equilibrio entre inflación y crecimiento se haga más difícil según suba el precio de los alimentos, petróleo y productos básicos.
6. Las turbulencias de Oriente Medio y la elevación de los precios del petróleo/energía: si los precios del crudo subieran otro 20 por ciento (por más turbulencias y mayores riesgos de suministro), una serie de economías avanzadas recaerían o perderían velocidad. Incluso si los precios del petróleo se mantienen al nivel actual, habida cuenta del riesgo político inalterado, se trata de una conmoción estanflacionaria que reduce el crecimiento y eleva la inflación. Los efectos de ésta son más graves para las economías emergentes de rápido crecimiento. En las avanzadas, la inflación general llegará más alto, pero la subyacente subirá más gradualmente, ya que todavía queda mucha holgura en los mercados de bienes, trabajo y vivienda.
7. Riesgos desde Japón: normalmente los terremotos tienen unos efectos macroeconómicos limitados, pues la caída a corto plazo en la producción viene seguida de una recuperación del crecimiento tras la reconstrucción. Puede que la conmoción de Japón tenga unos efectos locales y globales mayores por el riesgo de radiación nuclear significativa, que ahora disminuye; dudas de que la energía nuclear sea una fuente limpia y segura en todo el mundo; cortes que desemboquen en daños en la producción/suministro en la cadena mundial de provisión de bienes; el estímulo fiscal para la reconstrucción lleva a mayores tipos dado que el país ya cuenta con una posición fiscal apurada y una reducción reciente de su calificación y la volatilidad del yen crea incertidumbre adicional en los precios de los activos globales.
8. El vaso está medio lleno porque en los últimos dos años ha habido ingentes inyecciones de liquidez mediante políticas de tipos a cero y una primera y segunda ronda de medidas de distensión cuantitativa (QE1/QE2) en la mayoría de las economías avanzadas, así como un ingente estímulo fiscal. Ahora el estímulo fiscal está desapareciendo en la zona euro y Reino Unido, e incluso en EEUU, donde están dando largas a los recortes fiscales, hay un arrastre fiscal de la reducción de gastos de los gobiernos estatales y locales y se inician los recortes en el ámbito federal. Respecto a la política monetaria, el BCE empezará el endurecimiento de política en abril, y puede que el Banco de Inglaterra se vea obligado a elevar los tipos habida cuenta de la subida de la inflación. Hasta el Gobierno federal renunciará a la tercera ronda de medidas de distensión cuantitativa (QE3) una vez terminada la segunda (QE2), ya que la inflación está subiendo y el CFMA (Comité Federal del Mercado Abierto) cuenta con más halcones en su composición. Así, ¿hay suficiente fuerza en la demanda privada (consumo, inversión, exportaciones netas) para sostener la recuperación en las economías avanzadas cuando se retire el estímulo fiscal y monetario, aunque sea gradualmente?
La economía global de hoy puede describirse como un vaso que está medio lleno y medio vacío. Sus tendencias y/o riesgos en positivo son:
1. La recuperación global y la reciente aceleración efectiva del crecimiento mundial fundamentadas en los índices de fabricación de productos y otros indicadores de la actividad económica con vistas al futuro.
2. Una menor probabilidad hoy en día de los riesgos a la baja que preocupaban a los inversores en 2010: deflación, recaída de la recesión en Estados Unidos y otras economías avanzadas, riesgo de descomposición desordenada de la zona euro.
3. Las empresas de alto nivel en las economías avanzadas son eficientes: han reducido costes, incrementado la productividad y la eficiencia, son muy rentables y se asientan sobre miles de millones de dólares de efectivo que pueden poner a trabajar para el capital, contrataciones, fusiones, adquisiciones y otras transacciones financieras.
4. La fortaleza de las economías de mercados emergentes. Es secular y no simplemente un cambio cíclico. Su cuota en el PIB y el crecimiento global va creciendo con el tiempo.
5. Hasta hace poco, el apetito más que la aversión al riesgo de los mercados financieros. A medida que suban los mercados de valores, podrán repararse los balances en la parte del activo, lugar de hacerlo sólo por la vía de desapalancamiento. Se está retroalimentando un ciclo virtuoso entre sorpresas económicas positivas y reactivación de los activos para la economía real.
6. Tanto en las economías avanzadas como en las emergentes, la globalización y la innovación tecnológica siguen fuertes, a pesar de las amenazas de tensiones de divisas, comerciales y la imposición de algunos controles de capital.
Los riesgos negativos o vulnerabilidades son los siguientes:
1. Recuperación en forma de U, como mucho, en la mayoría de las economías avanzadas, dado que el doloroso desapalancamiento del sector público y privado durará años. El crecimiento del crédito bancario sigue siendo anémico.
2. Alza del riesgo nacional en la mayoría de las economías avanzadas -no sólo en Portugal, Irlanda, Italia, Grecia y España (PIIGS) en la zona euro- dado que el aumento de la deuda pública y los déficit es un problema también en EEUU, Japón, Reino Unido, etc.
3. Los problemas de los PIIGS son crónicos y no se resolverán en el corto plazo, a pesar del fuerte compromiso político del centro para apoyar a la periferia. Grandes déficit presupuestarios y deuda pública; los sistemas financieros tienen que limpiarse y recapitalizarse; mucho pasivo extranjero del sector privado en países con déficit por cuenta corriente; falta de competitividad; falta de crecimiento económico o directamente contracción. La reestructuración ordenada pero coercitiva de la deuda pública y/o privada será inevitable.
4. El crecimiento estadounidense a corto plazo es cercano al potencial, pero el riesgo negativo procede de la elevación de los precios del petróleo y productos básicos; una tasa de desempleo aún alta a pesar de la mejora del mercado de trabajo; la recaída del sector de la vivienda; problemas fiscales para los gobiernos locales y/o estatales; el déficit estructural federal que ni siquiera se ha empezado todavía a abordar; y la demora en el desapalancamiento de la vivienda por causa del reapalancamiento aún mayor del sector público.
5. El fuerte crecimiento de las economías emergentes conlleva un recalentamiento, elevación de la inflación, crecimiento monetario y crediticio excesivo y riesgo de burbujas de activos. El endurecimiento de la política monetaría va por detrás del mercado en muchas economías emergentes, dado que la voluntad de usar la política de tipos de interés y tipos de cambio para controlar la inflación es limitada. Riesgo de que el equilibrio entre inflación y crecimiento se haga más difícil según suba el precio de los alimentos, petróleo y productos básicos.
6. Las turbulencias de Oriente Medio y la elevación de los precios del petróleo/energía: si los precios del crudo subieran otro 20 por ciento (por más turbulencias y mayores riesgos de suministro), una serie de economías avanzadas recaerían o perderían velocidad. Incluso si los precios del petróleo se mantienen al nivel actual, habida cuenta del riesgo político inalterado, se trata de una conmoción estanflacionaria que reduce el crecimiento y eleva la inflación. Los efectos de ésta son más graves para las economías emergentes de rápido crecimiento. En las avanzadas, la inflación general llegará más alto, pero la subyacente subirá más gradualmente, ya que todavía queda mucha holgura en los mercados de bienes, trabajo y vivienda.
7. Riesgos desde Japón: normalmente los terremotos tienen unos efectos macroeconómicos limitados, pues la caída a corto plazo en la producción viene seguida de una recuperación del crecimiento tras la reconstrucción. Puede que la conmoción de Japón tenga unos efectos locales y globales mayores por el riesgo de radiación nuclear significativa, que ahora disminuye; dudas de que la energía nuclear sea una fuente limpia y segura en todo el mundo; cortes que desemboquen en daños en la producción/suministro en la cadena mundial de provisión de bienes; el estímulo fiscal para la reconstrucción lleva a mayores tipos dado que el país ya cuenta con una posición fiscal apurada y una reducción reciente de su calificación y la volatilidad del yen crea incertidumbre adicional en los precios de los activos globales.
8. El vaso está medio lleno porque en los últimos dos años ha habido ingentes inyecciones de liquidez mediante políticas de tipos a cero y una primera y segunda ronda de medidas de distensión cuantitativa (QE1/QE2) en la mayoría de las economías avanzadas, así como un ingente estímulo fiscal. Ahora el estímulo fiscal está desapareciendo en la zona euro y Reino Unido, e incluso en EEUU, donde están dando largas a los recortes fiscales, hay un arrastre fiscal de la reducción de gastos de los gobiernos estatales y locales y se inician los recortes en el ámbito federal. Respecto a la política monetaria, el BCE empezará el endurecimiento de política en abril, y puede que el Banco de Inglaterra se vea obligado a elevar los tipos habida cuenta de la subida de la inflación. Hasta el Gobierno federal renunciará a la tercera ronda de medidas de distensión cuantitativa (QE3) una vez terminada la segunda (QE2), ya que la inflación está subiendo y el CFMA (Comité Federal del Mercado Abierto) cuenta con más halcones en su composición. Así, ¿hay suficiente fuerza en la demanda privada (consumo, inversión, exportaciones netas) para sostener la recuperación en las economías avanzadas cuando se retire el estímulo fiscal y monetario, aunque sea gradualmente?
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