Tamaulipas, Sonora y Sinaloa concentran 35% de la inversión
Rubén Migueles Tenorio / El Universal
El presupuesto para el desarrollo agrícola sumará entre 45 mil y 50 mil millones de pesos este año, 12% superior al registrado en 2010, es un presupuesto histórico y ha venido aumentando sistemáticamente en esta administración, advirtió Mariano Ruiz-Funes, subsecretario de Agricultura, sin embargo reconoció que la mayor parte de dichos recursos se destinan a los estados del norte del país, porque la producción agrícola comercial se concentra en dicha región.
Sólo tres estados: Sinaloa, Tamaulipas y Sonora concentran 35% del gasto público agrícola, cuando la mayor cantidad de empleo la concentran los estados del sur del país, comentó Gustavo Gordillo, ex subsecretario de Agricultura durante la administración del presidente Carlos Salinas.
Estados de menor desarrollo agrícola como Veracruz, Chiapas, Oaxaca, Puebla y Guerrero perciben 5.7% de los recursos públicos.
Especialistas consultados comentaron que para elevar la productividad del campo mexicano es necesario tener una política de desarrollo agrícola y rural de largo plazo.
Hasta ahora lo que existe es una suma de programas de apoyo al campo, pero que año con año se discuten y se asignan recursos para necesidades coyunturales específicas.
“Hay una búsqueda de recursos para satisfacer urgencias pero no hay una asignación de recursos para establecer soluciones a las causas que están en el origen de estas urgencias” advirtió Luis Gómez Oliver, profesor de la facultad de Economía de la UNAM, especialista del sector agropecuario.
Habría que asignar recursos orientados a reducir la marginalidad del medio rural. No se puede lograr actividades económicas rentables si el medio rural está tan marginado, dijo.
Adaptarse al mercado
Mariano Ruiz-Funes reconoce que la política pública hacia el campo no ha sido perfecta, en parte debido a un entorno nacional e internacional que está en constante cambio.
Muchas veces se culpa al mercado internacional pero también hay condiciones cambiantes en el mercado nacional como el clima o las plagas que llevan a que la política pública tenga que adaptarse a esas condiciones.
Se busca, en opinión del funcionario, una reorientación de los programas y de la política pública, precisamente para adaptar gradualmente al sector a esas nuevas condiciones que se observan este año y en el mediano plazo.
Es un hecho que la mayor parte del presupuesto público se lo llevan las regiones del Bajío hacia el norte, porque son los que alimentan este país, dijo.
Reconoce, sine embargo, que se debe corregir la política agropecuaria para ir gradualmente compensando esa inequidad, es parte de la reorientación de los programas especialmente a partir de este año.
Otro problema es que buena parte de los recursos al campo se destinan a beneficio social en bienes privados que son trasferencias tipo Oportunidades o bienes públicos pero de beneficio social como educación, salud, etcétera.
Todo lo que es el apoyo para elevar la productividad agropecuaria a través de la inversión en bienes públicos reciben menos de 17% del total del gasto del gobierno. La mayor parte se canaliza a beneficio social.
Rubén Migueles Tenorio / El Universal
El presupuesto para el desarrollo agrícola sumará entre 45 mil y 50 mil millones de pesos este año, 12% superior al registrado en 2010, es un presupuesto histórico y ha venido aumentando sistemáticamente en esta administración, advirtió Mariano Ruiz-Funes, subsecretario de Agricultura, sin embargo reconoció que la mayor parte de dichos recursos se destinan a los estados del norte del país, porque la producción agrícola comercial se concentra en dicha región.
Sólo tres estados: Sinaloa, Tamaulipas y Sonora concentran 35% del gasto público agrícola, cuando la mayor cantidad de empleo la concentran los estados del sur del país, comentó Gustavo Gordillo, ex subsecretario de Agricultura durante la administración del presidente Carlos Salinas.
Estados de menor desarrollo agrícola como Veracruz, Chiapas, Oaxaca, Puebla y Guerrero perciben 5.7% de los recursos públicos.
Especialistas consultados comentaron que para elevar la productividad del campo mexicano es necesario tener una política de desarrollo agrícola y rural de largo plazo.
Hasta ahora lo que existe es una suma de programas de apoyo al campo, pero que año con año se discuten y se asignan recursos para necesidades coyunturales específicas.
“Hay una búsqueda de recursos para satisfacer urgencias pero no hay una asignación de recursos para establecer soluciones a las causas que están en el origen de estas urgencias” advirtió Luis Gómez Oliver, profesor de la facultad de Economía de la UNAM, especialista del sector agropecuario.
Habría que asignar recursos orientados a reducir la marginalidad del medio rural. No se puede lograr actividades económicas rentables si el medio rural está tan marginado, dijo.
Adaptarse al mercado
Mariano Ruiz-Funes reconoce que la política pública hacia el campo no ha sido perfecta, en parte debido a un entorno nacional e internacional que está en constante cambio.
Muchas veces se culpa al mercado internacional pero también hay condiciones cambiantes en el mercado nacional como el clima o las plagas que llevan a que la política pública tenga que adaptarse a esas condiciones.
Se busca, en opinión del funcionario, una reorientación de los programas y de la política pública, precisamente para adaptar gradualmente al sector a esas nuevas condiciones que se observan este año y en el mediano plazo.
Es un hecho que la mayor parte del presupuesto público se lo llevan las regiones del Bajío hacia el norte, porque son los que alimentan este país, dijo.
Reconoce, sine embargo, que se debe corregir la política agropecuaria para ir gradualmente compensando esa inequidad, es parte de la reorientación de los programas especialmente a partir de este año.
Otro problema es que buena parte de los recursos al campo se destinan a beneficio social en bienes privados que son trasferencias tipo Oportunidades o bienes públicos pero de beneficio social como educación, salud, etcétera.
Todo lo que es el apoyo para elevar la productividad agropecuaria a través de la inversión en bienes públicos reciben menos de 17% del total del gasto del gobierno. La mayor parte se canaliza a beneficio social.
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