* El yen japonés se colocó en su nivel de mayor fortaleza desde la segunda guerra mundial
* Por Antonio Sandoval / El Financiero
El terremoto en Japón dejó de lado la tendencia que seguían los mercados cambiarios del mundo, incluso congeló la "llamada guerra de divisas" ya que las monedas han empezado a moverse por otros parámetros.
De acuerdo con las cifras disponibles en los mercados financieros y cambiarios del mundo, el yen japonés, el euro, el dólar estadounidense, la libra esterlina, y todas las divisas del mundo emergente, han incrementado su volatilidad a niveles observados en los primeros meses de la crisis financiera global.
Aunque las depreciaciones en estos momentos no son la tónica, como sucedió entonces, el mercado de cambios global se desordenó más de lo que ya estaba por la guerra de divisas que lo controlaba.
El Banco de Japón ha inyectado desde el día del terremoto aproximadamente 183 mil 500 millones de dólares en el mercado para evitar una apreciación desordenada de su moneda, fue en vano, el yen japonés se ubicó en su nivel de mayor fortaleza desde el fin de la segunda guerra mundial.
El terremoto logró lo que no pudieron hacer las concertaciones políticas, las reuniones de ministros de finanzas o las buenas intenciones de los organismos financieros multilaterales, dejar de lado la guerra de divisas, pero enfocar al mercado en una coyuntura que no parece tener coherencia.
De hecho, hay una corrida a favor del yen japonés, misma que puede ser coyuntural pero importante por el momento, la repatriación de capitales es algo que desde ahora se antoja como lo más lógico, en la danza de cifras se han llegado a manejar hasta 300 mil millones de dólares como el costo total de la tragedia, sin considerar la ola de intervenciones del banco central japonés, ni las programadas a partir de éste viernes por el Grupo de los Siete (G-7), en un esfuerzo por mantener a flote al yen japonés, y es que para una nación exportadora de capital financiero, insumos y tecnología, su moneda extremadamente revaluada puede ser letal en momentos de crisis económica como la que ya se vive en ese país.
El mercado de cambios global puede vivir otro periodo de amplia volatilidad y repercusiones insospechadas, los movimientos de capital traerán consigo una tendencia similar en las paridades cambiarias.
En éste contexto, las divisas emergentes estarán sujetas nuevamente a los vaivenes de la oferta y la demanda, sobre todo porque no dejan de estar "pegadas" a otras monedas representativas.
El mercado de cambios global pasó de la "guerra de divisas" a la ola de volatilidad, por un periodo que no tiene parámetros de duración y que está golpeando en réplicas al mundo entero.
* Por Antonio Sandoval / El Financiero
El terremoto en Japón dejó de lado la tendencia que seguían los mercados cambiarios del mundo, incluso congeló la "llamada guerra de divisas" ya que las monedas han empezado a moverse por otros parámetros.
De acuerdo con las cifras disponibles en los mercados financieros y cambiarios del mundo, el yen japonés, el euro, el dólar estadounidense, la libra esterlina, y todas las divisas del mundo emergente, han incrementado su volatilidad a niveles observados en los primeros meses de la crisis financiera global.
Aunque las depreciaciones en estos momentos no son la tónica, como sucedió entonces, el mercado de cambios global se desordenó más de lo que ya estaba por la guerra de divisas que lo controlaba.
El Banco de Japón ha inyectado desde el día del terremoto aproximadamente 183 mil 500 millones de dólares en el mercado para evitar una apreciación desordenada de su moneda, fue en vano, el yen japonés se ubicó en su nivel de mayor fortaleza desde el fin de la segunda guerra mundial.
El terremoto logró lo que no pudieron hacer las concertaciones políticas, las reuniones de ministros de finanzas o las buenas intenciones de los organismos financieros multilaterales, dejar de lado la guerra de divisas, pero enfocar al mercado en una coyuntura que no parece tener coherencia.
De hecho, hay una corrida a favor del yen japonés, misma que puede ser coyuntural pero importante por el momento, la repatriación de capitales es algo que desde ahora se antoja como lo más lógico, en la danza de cifras se han llegado a manejar hasta 300 mil millones de dólares como el costo total de la tragedia, sin considerar la ola de intervenciones del banco central japonés, ni las programadas a partir de éste viernes por el Grupo de los Siete (G-7), en un esfuerzo por mantener a flote al yen japonés, y es que para una nación exportadora de capital financiero, insumos y tecnología, su moneda extremadamente revaluada puede ser letal en momentos de crisis económica como la que ya se vive en ese país.
El mercado de cambios global puede vivir otro periodo de amplia volatilidad y repercusiones insospechadas, los movimientos de capital traerán consigo una tendencia similar en las paridades cambiarias.
En éste contexto, las divisas emergentes estarán sujetas nuevamente a los vaivenes de la oferta y la demanda, sobre todo porque no dejan de estar "pegadas" a otras monedas representativas.
El mercado de cambios global pasó de la "guerra de divisas" a la ola de volatilidad, por un periodo que no tiene parámetros de duración y que está golpeando en réplicas al mundo entero.
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