La organización afirma que los cambios "van a mejorar significativamente la sostenibilidad financiera a largo plazo del sistema"
LUCÍA ABELLÁN - EL PAÍS
Las pensiones del futuro resultarán considerablemente más bajas tras la reforma que ha aprobado el Gobierno. La OCDE, que aglutina a las 30 economías más desarrolladas del mundo, calcula que estas prestaciones se reducirán casi un 9% con los nuevos parámetros introducidos. Para calcularlo, el organismo se basa en la llamada tasa de reemplazo, que refleja el peso de la pensión respecto al último salario percibido. Si no hubiera cambios en el sistema público, esa tasa supondría un 81,2% del último sueldo calculado para un trabajador con carrera completa de cotización que empezase a trabajar en 2008. Con los cambios, ese porcentaje quedará en el 73,9%, lo que supone un descenso algo inferior al 9%.
La previsión figura en el informe anual sobre pensiones que el organismo acaba de hacer público. El texto dedica un apartado específico a medir el impacto de la reforma de pensiones, que "va a mejorar significativamente la sostenibilidad financiera a largo plazo del sistema de pensiones". Pese a la menor cuantía de las prestaciones en relación con el último salario, esta relación continuará siendo en España más favorable que en la media de la OCDE (68,8%). Con la reforma, solo Holanda y Austria perciben mejores pensiones en relación con los últimos salarios.
La reforma de pensiones reduce el peso de las prestaciones respecto al sueldo porque, cuando la reforma esté completamente implantada, tomará como base de cálculo los últimos 25 años cotizados (frente a los 15 actuales). Al incluir en el cómputo cotizaciones más antiguas (y previsiblemente inferiores a las de los últimos años), la media de la pensión baja, salvo para los cotizantes que han sido expulsados prematuramente del mercado laboral.
Los peor parados
Por ese mismo motivo, la relación empeora para los trabajadores que han interrumpido su carrera laboral durante 10 años. Al tener lagunas que a partir de ahora tienen más posibilidades de integrarse en la base de cálculo de la prestación, las rentas de esos empleados supondrán un 75% de sus últimos salarios, frente al 84,9% que sumarían sin reformas. El organismo concluye que la reforma "reforzará la relación entre cotizaciones y prestaciones en comparación con el actual sistema".
Con los cambios introducidos, España pasará a gastar en pensiones menos que Alemania, Francia e Italia en 2050. Sin el texto legal que entrará en vigor en 2013, la situación sería inversa: España gastaría en pensiones un 15% del PIB en ese año (frente al 9% actual), por encima de Alemania, Francia e Italia.
El informe destaca que el Gobierno ha tenido en cuenta en sus cálculos de ahorro el llamado factor de sostenibilidad, que prevé introducir cambios quinquenales en el sistema a partir de 2032 para ajustarlo a la esperanza de vida. "Hay que tener en cuenta que los ajustes se refieren a un punto porcentual de los 3,5 puntos de reducción del gasto público en pensiones proyectado para 2050", subraya el organismo.
Por último, el organismo constata la importancia de las pensiones en la reducción de la pobreza en España. "El aumento de las pensiones mínimas en los últimos años, claramente superiores al del IPC, ha desempeñado un papel en la reducción del riesgo de pobreza entre los pensionistas". Pese a todo, la tasa de pobreza en ese colectivo es del 23%, frente al 14% de la media de la OCDE. El informe matiza que estas cifras no tienen en cuenta el peso de la vivienda en las condiciones de vida de los jubilados. Porque en España más del 80% de la población vive en casa propia, con lo que los jubilados "se enfrentan a menores gastos de vivienda que las personas que deben pagar una renta".
LUCÍA ABELLÁN - EL PAÍS
Las pensiones del futuro resultarán considerablemente más bajas tras la reforma que ha aprobado el Gobierno. La OCDE, que aglutina a las 30 economías más desarrolladas del mundo, calcula que estas prestaciones se reducirán casi un 9% con los nuevos parámetros introducidos. Para calcularlo, el organismo se basa en la llamada tasa de reemplazo, que refleja el peso de la pensión respecto al último salario percibido. Si no hubiera cambios en el sistema público, esa tasa supondría un 81,2% del último sueldo calculado para un trabajador con carrera completa de cotización que empezase a trabajar en 2008. Con los cambios, ese porcentaje quedará en el 73,9%, lo que supone un descenso algo inferior al 9%.
La previsión figura en el informe anual sobre pensiones que el organismo acaba de hacer público. El texto dedica un apartado específico a medir el impacto de la reforma de pensiones, que "va a mejorar significativamente la sostenibilidad financiera a largo plazo del sistema de pensiones". Pese a la menor cuantía de las prestaciones en relación con el último salario, esta relación continuará siendo en España más favorable que en la media de la OCDE (68,8%). Con la reforma, solo Holanda y Austria perciben mejores pensiones en relación con los últimos salarios.
La reforma de pensiones reduce el peso de las prestaciones respecto al sueldo porque, cuando la reforma esté completamente implantada, tomará como base de cálculo los últimos 25 años cotizados (frente a los 15 actuales). Al incluir en el cómputo cotizaciones más antiguas (y previsiblemente inferiores a las de los últimos años), la media de la pensión baja, salvo para los cotizantes que han sido expulsados prematuramente del mercado laboral.
Los peor parados
Por ese mismo motivo, la relación empeora para los trabajadores que han interrumpido su carrera laboral durante 10 años. Al tener lagunas que a partir de ahora tienen más posibilidades de integrarse en la base de cálculo de la prestación, las rentas de esos empleados supondrán un 75% de sus últimos salarios, frente al 84,9% que sumarían sin reformas. El organismo concluye que la reforma "reforzará la relación entre cotizaciones y prestaciones en comparación con el actual sistema".
Con los cambios introducidos, España pasará a gastar en pensiones menos que Alemania, Francia e Italia en 2050. Sin el texto legal que entrará en vigor en 2013, la situación sería inversa: España gastaría en pensiones un 15% del PIB en ese año (frente al 9% actual), por encima de Alemania, Francia e Italia.
El informe destaca que el Gobierno ha tenido en cuenta en sus cálculos de ahorro el llamado factor de sostenibilidad, que prevé introducir cambios quinquenales en el sistema a partir de 2032 para ajustarlo a la esperanza de vida. "Hay que tener en cuenta que los ajustes se refieren a un punto porcentual de los 3,5 puntos de reducción del gasto público en pensiones proyectado para 2050", subraya el organismo.
Por último, el organismo constata la importancia de las pensiones en la reducción de la pobreza en España. "El aumento de las pensiones mínimas en los últimos años, claramente superiores al del IPC, ha desempeñado un papel en la reducción del riesgo de pobreza entre los pensionistas". Pese a todo, la tasa de pobreza en ese colectivo es del 23%, frente al 14% de la media de la OCDE. El informe matiza que estas cifras no tienen en cuenta el peso de la vivienda en las condiciones de vida de los jubilados. Porque en España más del 80% de la población vive en casa propia, con lo que los jubilados "se enfrentan a menores gastos de vivienda que las personas que deben pagar una renta".
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