viernes, 11 de marzo de 2011

EL TIPO DE CAMBIO ¿CARO O BARATO? NO LO SE

Al dólar hay que entenderlo como un bien más que se comercia en la economía y al tipo de cambio, como su precio.
Guillermo Zamarripa / Excelsior
Recientemente he leído artículos y he escuchado comentarios donde se polemiza sobre si el tipo de cambio está caro o barato y la idea que más me queda es que hay muchos perdedores por esta situación. Entre los grupos afectados están los exportadores y las familias que reciben remesas.
Al dólar hay que entenderlo como un bien más que se comercia en la economía y al tipo de cambio como su precio. En México se determina con un esquema llamado de tipo de cambio flexible, es decir, éste fluctúa de acuerdo con las condiciones de compra y venta de dólares. Presento varias reflexiones para ayudar a entender mejor esta discusión y que ustedes traten de responder a la pregunta.
Primero, siempre hay una razón que justifica los movimientos del tipo de cambio. En los últimos meses se explica por la entrada de dólares del exterior para invertir en México, es decir, hay muchos dólares para vender y su precio baja.
Segundo, cuando el precio del dólar baja hay ganadores y perdedores. Algunos de los que pierden ya los mencioné, pero hay muchos que ganan como son los empresarios que importan insumos o maquinaria, los consumidores que compran bienes importados y los mexicanos que quieren viajar al exterior.
Tercero, hablar de que hoy es caro o barato es difícil porque este calificativo depende del momento contra el que se compara. Evaluando el nivel actual del tipo de cambio contra aquél del verano de 2008, se puede argumentar que no es razonable hablar de un “súper peso” (números redondos 12 pesos por dólar vs. 10 pesos por dólar). Si comparamos con 2004, donde el tipo de cambio promedio del año fue de 11.30 pesos por dólar, la historia puede ser diferente: devaluación de siete por ciento en un período de seis años.
Cuarto, los datos anteriores nos revelan que el precio de nuestra moneda es volátil y cambia según las condiciones de mercado. Por lo mismo no debemos entender que una situación como la actual es permanente, la historia nos lo demuestra.
Por ejemplo, la apreciación del peso que inició en 2007 y para el verano de 2008 se compraba un dólar por menos de diez pesos, acabó súbitamente con la quiebra de Lehman Brothers. Otro caso, es el tipo de cambio que se mantuvo estable en 2001 y hasta mediados de 2002, inició entonces una depreciación del peso de 20% en un año.
Quinto, una toma de decisiones razonada debe considerar que el tipo de cambio no es permanente. Desafortunadamente, aunque los fundamentos “macro” de nuestra economía sean sólidos, un factor externo, ajeno a nuestro control, nos puede afectar adversamente de manera significativa y provocar una depreciación de nuestra moneda.
Por lo anterior, empresas y familias al tomar decisiones que involucren al dólar deben entender estas reflexiones y respetar la postura del Banco de México respecto a que no hay un tipo de cambio objetivo en la economía, así como las implicaciones de esta visión. Como hoy argumenta que no va a intervenir para hacer mas competitivo el tipo de cambio, tampoco lo hará en el escenario contrario. No considerar lo anterior puede generar riesgos cambiarios excesivos en la economía, como sucedió en 2008.
* Director general del FUNDEF y profesor del ITAM

No hay comentarios:

Publicar un comentario