Casi 11 millones no tienen IMSS, aguinaldo, vacaciones ni reciben reparto de utilidades
Según el reciente censo de población del Inegi, entre más bajo es el puesto es más precario
Susana González G. /Periódico La Jornada
Cuatro de cada 10 trabajadores asalariados en México carecen de cualquier tipo de prestación social y laboral: desde servicio médico y aguinaldo, hasta vacaciones, reparto de utilidades o prima vacacional.
El Censo de Población y Vivienda 2010 contabilizó en total 10 millones 941 mil 815 trabajadores en esta situación, mismos que en conjunto equivalen a 38 por ciento de los asalariados del país.
Por ley, los trabajadores tienen derecho a recibir dichas prestaciones y los patrones la obligación de proporcionarlas, sin que sean renunciables o cambiadas.
Sin embargo, su cumplimiento varía según el puesto y tipo de trabajo que se desempeñe, según indica el censo donde se manejan nueve grupos laborales diferentes, desde jefes, funcionarios y directores hasta ayudantes en actividades elementales.
Entre mejor sea el puesto, menor es la carencia de prestaciones ya que las cifras indican que nueve de cada 10 jefes gozan de ellas, mientras sólo las tienen uno o dos campesinos de cada decena. Si el análisis se hace por sexo, es mayor el porcentaje de mujeres (68 por ciento) que de hombres (58 por ciento) a quienes se les cumple este derecho.
El grupo con más alto porcentaje de prestaciones sociales es el conformado por funcionarios, directores y jefes. En general 92 por ciento del millón 314 mil asalariados de este tipo cuentan con prestaciones, pero hay 101 mil trabajadores de este nivel que no tienen nada.
En el extremo opuesto, sólo 15 por ciento del millón 631 mil trabajadores dedicados a las actividades agrícolas, ganaderas, forestales, de caza y pesca reciben alguna de las prestaciones mencionadas, pero 85 por ciento restante o un millón 380 mil personas quedan excluidas de ellas.
Igual situación padece otro millón 887 mil artesanos que representan 61 por ciento de todos los que existen en el país, así como 3 millones 131 mil ayudantes o trabajadores en actividades elementales y de apoyo, como los cataloga el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
En los restantes cinco grupos laborales los porcentajes de quienes no reciben nada más que un salario por su trabajo oscilan entre 14 a 41 por ciento.
Por número, los comerciantes suman más de un millón 285 mil. En seguida se ubican 835 mil trabajadores de servicios personales y de vigilancia, otros 960 mil operadores de maquinaria industrial, ensambladores y choferes de transporte, 952 mil profesionistas y técnicos, así como 345 mil trabajadores auxiliares en actividades administrativas.
A todos ellos se agrega otro grupo cuya profesión no clasifica el Inegi y del cual 51 mil (28 por ciento del total) tampoco disfrutan de este derecho plasmado en la todavía vigente legislación laboral, que actualmente pretende flexibilizarse acorde con los intereses del sector privado, según han denunciado organizaciones sindicales y sociales, así como investigadores.
El censo contempla cuatro categorías de prestaciones: servicio médico, aguinaldo, prestaciones pagadas y, por último, reparto de utilidades o prima vacacional, y reporta de manera diferenciada el cumplimiento de cada una de ellas, tanto en general como en cada grupo de asalariados.
La que menos se cumple es el reparto de utilidades o prima vacacional, ya que 42 por ciento de los asalariados carece de ellas. Otro 21 por ciento no reciben vacaciones pagadas, 14 por ciento no tiene servicios de salud y a 11 por ciento no se le da aguinaldo.
Nuevamente los porcentajes de funcionarios, directores y jefes que quedan fuera de cada una de estas prestaciones son los más bajos entre todos los trabajadores formales: sólo 9 por ciento no tiene servicio médico, 5 por ciento no recibe aguinaldo, 8 por ciento carece de vacaciones pagadas y 29 por ciento adolece de reparto de utilidades o prima vacacional.
En cambio 30 por ciento de los trabajadores agrícolas no tiene servicio médico, 23 por ciento no recibe aguinaldo, 65 por ciento no tiene vacaciones pagadas y 73 por ciento no recibe reparto de utilidades o prima vacacional.
Por ley, los trabajadores tienen derecho a recibir dichas prestaciones y los patrones la obligación de proporcionarlas, sin que sean renunciables o cambiadas.
Sin embargo, su cumplimiento varía según el puesto y tipo de trabajo que se desempeñe, según indica el censo donde se manejan nueve grupos laborales diferentes, desde jefes, funcionarios y directores hasta ayudantes en actividades elementales.
Entre mejor sea el puesto, menor es la carencia de prestaciones ya que las cifras indican que nueve de cada 10 jefes gozan de ellas, mientras sólo las tienen uno o dos campesinos de cada decena. Si el análisis se hace por sexo, es mayor el porcentaje de mujeres (68 por ciento) que de hombres (58 por ciento) a quienes se les cumple este derecho.
El grupo con más alto porcentaje de prestaciones sociales es el conformado por funcionarios, directores y jefes. En general 92 por ciento del millón 314 mil asalariados de este tipo cuentan con prestaciones, pero hay 101 mil trabajadores de este nivel que no tienen nada.
En el extremo opuesto, sólo 15 por ciento del millón 631 mil trabajadores dedicados a las actividades agrícolas, ganaderas, forestales, de caza y pesca reciben alguna de las prestaciones mencionadas, pero 85 por ciento restante o un millón 380 mil personas quedan excluidas de ellas.
Igual situación padece otro millón 887 mil artesanos que representan 61 por ciento de todos los que existen en el país, así como 3 millones 131 mil ayudantes o trabajadores en actividades elementales y de apoyo, como los cataloga el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
En los restantes cinco grupos laborales los porcentajes de quienes no reciben nada más que un salario por su trabajo oscilan entre 14 a 41 por ciento.
Por número, los comerciantes suman más de un millón 285 mil. En seguida se ubican 835 mil trabajadores de servicios personales y de vigilancia, otros 960 mil operadores de maquinaria industrial, ensambladores y choferes de transporte, 952 mil profesionistas y técnicos, así como 345 mil trabajadores auxiliares en actividades administrativas.
A todos ellos se agrega otro grupo cuya profesión no clasifica el Inegi y del cual 51 mil (28 por ciento del total) tampoco disfrutan de este derecho plasmado en la todavía vigente legislación laboral, que actualmente pretende flexibilizarse acorde con los intereses del sector privado, según han denunciado organizaciones sindicales y sociales, así como investigadores.
El censo contempla cuatro categorías de prestaciones: servicio médico, aguinaldo, prestaciones pagadas y, por último, reparto de utilidades o prima vacacional, y reporta de manera diferenciada el cumplimiento de cada una de ellas, tanto en general como en cada grupo de asalariados.
La que menos se cumple es el reparto de utilidades o prima vacacional, ya que 42 por ciento de los asalariados carece de ellas. Otro 21 por ciento no reciben vacaciones pagadas, 14 por ciento no tiene servicios de salud y a 11 por ciento no se le da aguinaldo.
Nuevamente los porcentajes de funcionarios, directores y jefes que quedan fuera de cada una de estas prestaciones son los más bajos entre todos los trabajadores formales: sólo 9 por ciento no tiene servicio médico, 5 por ciento no recibe aguinaldo, 8 por ciento carece de vacaciones pagadas y 29 por ciento adolece de reparto de utilidades o prima vacacional.
En cambio 30 por ciento de los trabajadores agrícolas no tiene servicio médico, 23 por ciento no recibe aguinaldo, 65 por ciento no tiene vacaciones pagadas y 73 por ciento no recibe reparto de utilidades o prima vacacional.
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