lunes, 16 de enero de 2012

PRODUCCIÓN FRIJOLERA A LA BAJA ANTES DE LA SEQUÍA DE 2011

Reportaba una caída de 4.72% al año, revelan datos oficiales
Susana González G. / Periódico La Jornada
La producción nacional de frijol estaba en declive antes de la histórica sequía del año pasado. Registraba una caída de 4.72 por ciento anual, con lo que se aleja cada vez más de la cifra récord de un millón 549 mil toneladas que se alcanzaron en 2002, indican cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) y de la Secretaría de Agricultura.
En 2010 la producción llegó a un millón 112 mil toneladas, lo cual implica una caída de 28 por ciento en comparación con la de 2002. A esa baja hay que agregar la pérdida de 80 por ciento de las mil 100 toneladas previstas para el año agrícola 2011, según organizaciones campesinas, lo cual significa que sólo se salvaron 220.
Considerado legalmente "producto estratégico para el desarrollo rural" y básico en la alimentación de los mexicanos, aunque Diconsa lo haya sacado de la canasta alimentaria según denunció ayer la Confederación Nacional Campesina, se ha perdido en años recientes más de la tercera parte de la tierra que se dedicaba a su cultivo.
En 2003 era sembrado en 2 millones 40 mil 424 hectáreas del país, y cuando se inició el gobierno de Felipe Calderón todavía eran un millón 809 mil. En septiembre pasado, última cifra proporcionada por el Inegi, la superficie sólo llegó a un millón 235 mil 900 hectáreas, lo que implica una reducción de 31.5 por ciento sólo en lo que va del sexenio y hasta de 36 por ciento comparada con 2003.
El Sistema Producto Frijol (Sisprofrijol) –en el que participan autoridades, productores, industriales e investigadores– advirtió esa problemática en su plan de fortalecimiento del año pasado. "La tasa media anual de crecimiento del frijol ha sido negativa en la mayoría de los conceptos, siendo la de superficie sembrada la que ha impactado negativamente en los demás, al registrar una caída de 4.44 por ciento. Se advierte que por el alto riesgo que se presenta (escasez de agua, básicamente), los productores han realizado la conversión productiva a cultivos de menor riesgo y de mejores precios de venta."
La importancia que el Sisprofrijol atribuye a la leguminosa "en lo económico, porque representa para la economía campesina una fuente importante de ocupación e ingreso como garantía de seguridad y soberanía alimentaria vía autoconsumo y en la dieta de los mexicanos porque representa la principal y única fuente de proteínas para amplias capas de la población", contrasta con la reducción constante en la producción nacional. A su siembra se dedicaban 570 mil productores el año pasado y 65 por ciento era para autoconsumo, según cifras oficiales.
Las importaciones, por el contrario, no han dejado de incrementarse. Hace 20 años México compraba del exterior sólo 2.9 mil toneladas, pero a partir de 2004, cuando se inició el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, las importaciones se dispararon a 57.5 mil. Para 1998 alcanzaron el máximo histórico de 202 mil.
En la década pasada Vicente Fox cerró su primer año de gobierno con la importación de 126.7 mil toneladas, y Felipe Calderón con 129 mil.

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