sábado, 1 de septiembre de 2012

LO QUE CALDERÓN NO DICE

SILVIA GÓMEZ TAGLE (*) / EL UNIVERSAL

Con motivo de su sexto y último informe, el Presidente nos ha mandado una serie de "spots" con mensajes que destacan "los hechos positivos" de su gobierno.
No es que todo lo que declara la Presidencia sea falso, pero sólo es una verdad muy a medias. En este contexto resulta interesante el libro Los problemas nacionales durante el sexenio de Felipe Calderón, de reciente edición.
En esta obra coordinada por María Eugenia Valdés Vega, diversos autores analizan temas indispensables para entender los muchos problemas que no se han resuelto en este sexenio por torpeza en su administración o por compromisos políticos. En esta ocasión me referiré sólo a dos, educación y seguridad, que ejemplifican bien estas dos situaciones.
El tema de la alianza con Elba Esther Gordillo es paradigmático, porque ejemplifica cómo los compromisos políticos adquiridos por Calderón para llegar a la Presidencia se tradujeron en un lastre durante toda su administración para mejorar la calidad de la educación pública. Si se atiende a la prueba ENLACE, aplicada a estudiantes de primaria y secundaria, se advierten avances en relación a los primeros años del siglo, 2003- 2004, cuando esta prueba se empezó a aplicar, pero no es consuelo saber que estábamos peor antes, cuando todavía una gran mayoría de los estudiantes de primaria y secundaria están en niveles bajísimos. Por ejemplo, 60% de los estudiantes de primaria y 80% de secundaria no entienden nada o casi nada de lo que leen.
Cuando Calderón asumió la Presidencia, en vez de desmantelar la estructura corporativa y clientelar del sindicato de la SEP, para abrir paso a una reforma educativa de fondo, consolidó una alianza con Elba Esther Gordillo que no solamente sirvió para controlar al magisterio, sino que se tradujo en el fortalecimiento de esta lideresa para acreditar un partido político nacional. Ahora el Panal tiene la capacidad de negociar como "partido bisagra" que atiende al mejor postor, como lo demostró Gordillo en 2011, al "traicionar" a Calderón, revelando los términos de las negociaciones que le permitieron obtener prebendas excepcionales en la SEP a cambio de su apoyo electoral en 2006.
En el tema de la seguridad, por más discursos que difunda Calderón en sus "spots", no resulta creíble que "México no se arrodilla frente al crimen organizado", porque la experiencia en estos seis años de gobierno demuestra que la lucha no se ha ganado, más bien se está perdiendo. Cada vez son más grandes los territorios controlados por los cárteles criminales y más numerosas las víctimas civiles, cuya identidad el gobierno ni siquiera ha investigado, porque supone de antemano que "se trata de criminales ajusticiados por otros criminales".
Eso para no hablar de los abusos a ciudadanos cometidos por el Ejército, la Marina y las policías de todos los niveles, incluyendo la PFP, que ha sido la creación del sexenio como "alternativa a la corrupción". La balacera en pleno AICM hace unas semanas, protagonizada precisamente por agentes de la PFP demuestra, como muchos otros hechos, que este cuerpo policiaco, finalmente está tan infiltrado por las bandas criminales, como otros cuerpos policiacos anteriores.
Y la persecución de un auto con placas diplomáticas de EU, que tuvo lugar el pasado lunes, en la carretera a Cuernavaca, no sólo confirma las hipótesis acerca del grado de penetración del crimen organizado en la Policía Federal, sino que despierta inquietudes sobre el tipo de actividades de "colaboración" que realizan agentes secretos norteamericanos en territorio nacional, y sobre los que Calderón guarda silencio.
Y es que, como afirman los especialistas, Calderón ha perdido la perspectiva integral y el contenido amplio que debería tener una política de seguridad nacional, para quedar reducida a una visión de corte militarizado y represivo. De ahí que el crimen organizado represente una amenaza estructural, que sólo podría combatirse con una política de seguridad acompañada de otras políticas en el plano económico y social, de largo plazo.

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