Jesusa Cervantes
La reforma laboral ‘empieza a cerrar el círculo’ de las llamadas reformas estructurales que Carlos Salinas de Gortari echó a andar en 1991
MÉXICO, DF (Apro).- Impulsada por Felipe Calderón y avalada este fin de
semana por los legisladores del PRI, la reforma laboral "empieza a
cerrar el círculo" de las llamadas reformas estructurales que Carlos
Salinas de Gortari echó a andar en 1991.
Los cambios, también respaldados por el PAN, el PVEM, el Panal
—creación esta última de la líder sindical Elba Esther Gordillo— y todos
los diputados cetemistas, lesionan a la clase trabajadora y benefician
en todo a los empresarios. Una reforma planeada y aprobada sin recato
para servir a todo lo que huela a patrón: a los organismos financieros
internacionales, a las corporaciones transnacionales, a los grandes
empresarios nacionales, al gobierno que va a empezar y sobre todo —dice
la oposición en el Congreso— al proyecto de país que imaginó Carlos
Salinas de Gortari desde 1988.
Entrevistados por este semanario diputados del Frente Legislativo
Progresista afirman que antes de que concluya el gobierno de Calderón la
clase trabajadora en México habrá perdido sus derechos mínimos, como la
certeza de contar con seguro social, vivienda o una pensión digna;
además sus posibilidades de mantener la estabilidad laboral habrán
decrecido, la antigüedad será más difícil de lograr y el salario será
menor debido al pago por hora.
En contraparte, sostienen, al dueño de la empresa se le cancelan
obligaciones laborales: se abre la puerta para los despidos
discrecionales, para evitar el pago de pensiones y de séptimo día y le
ensanchan la rendija para evadir impuestos y el pago de cuotas
obrero-patronales, afectando directamente las finanzas del Instituto
Mexicano del Seguro Social gracias a la legalización del outsourcing sin
restricciones.
LA MANO DE SALINAS
Pasado el trago amargo de la recriminación continua del fraude
electoral de 1988, Carlos Salinas de Gortari inició con la LV
Legislatura la segunda parte de su sexenio. "Y ahí es cuando arrancan
las contrarreformas constitucionales", recuerda Manuel Huerta Ladrón de
Guevara, quien era uno de los 40 diputados perredistas de ese Congreso.
Hoy, de nuevo en San Lázaro por el mismo partido y como parte de la
LXII Legislatura, Huerta Ladrón de Guevara acusa al exmandatario de ser
el artífice de la reforma a la Ley Federal del Trabajo y de empezar a
consumar sus ofrecimientos como cabildero de organismos transnacionales
como el BID, la OCDE o el FMI, así como de las empresas de corte
mundial.
"Salinas fue el gran usurpador de la Presidencia en 1988; para las
elecciones intermedias de 1991 utilizó todas las mañas electorales de la
época para ganar la mayoría en el Congreso y ahí empezó las reformas
que tanto daño han hecho a la nación, como los cambios al artículo 127
de la Constitución y al tercero para privatizar la educación", dice.
"Los 40 diputados del PRD dimos el debate", afirma, "pero como ahora,
nos echaron la aplanadora del PRI respaldados por el PAN". En aquella
ocasión Salinas pactó con el panista Luis H. Álvarez a cambio de que le
darían la Presidencia. "Es cierto que Fox ganó con el voto en 2000, pero
la gubernatura de Guanajuato fue la primera concertacesión", asegura.
"No es totalmente cierto que esta reforma laboral haya sido un pacto
Calderón-Peña, sino más bien es el cumplimiento de la orden de Carlos
Salinas. En la Comisión del Trabajo los diputados del PRI y del PAN
actuaron como Salinas: ‘Ni los veo ni los oigo’ y ya Peña nos amagó con
que en diciembre viene la reforma energética."
‘OUTSOURCING’, UN HOYO DE EVASIÓN
El PRI aceptó de buena gana legalizar la figura del outsourcing o
empresa subcontratista. Desde 2010, cuando Javier Lozano era secretario
del Trabajo, el PAN propuso una reforma laboral que preveía el
reconocimiento de esta figura; sin embargo el PRI se negó siquiera a
discutir un posible cambio a la Ley Federal del Trabajo.
Ahora el eje de la iniciativa calderonista, basado en la productividad,
fue de nuevo la subcontratación. En largas discusiones de la Comisión
del Trabajo de la Cámara de Diputados, los partidos Movimiento
Ciudadano, del Trabajo y de la Revolución Democrática lograron poner
cuatro candados para evitar que los patrones que subcontrataran a otra
empresa, lo hicieran afectando a los trabajadores.
Los priístas encabezados por Carlos Aceves del Olmo, secretario general
suplente de la CTM (sector obrero del PRI), aceptó junto con el PAN que
el trabajo a realizar no tuviera nada que ver con "el objeto social" de
la empresa que contrataba.
La artífice de los cuatro candados fue la diputada de Movimiento
Ciudadano, Luisa María Alcalde Luján. Pero el gusto les duró apenas un
día. La noche del viernes 28, cuando el tema llegó al pleno de la Cámara
—en medio de protestas— fue eliminado de un plumazo.
Según Alcalde la Coparmex estuvo desde temprana hora presionando a los
panistas para que echaran abajo los candados y así tener mano libre para
subcontratar, sin importar que a otro empleado se le robe la materia de
trabajo. Todo en nombre de la productividad.
El diputado perredista Silvano Blanco explica lo lesivo de esta figura:
"Con esto se legaliza una práctica que se ha venido dando en los
últimos años. Se trata de contratar a trabajadores con menores
prestaciones que las de la ley, con salarios más bajos y como
consecuencia con un impacto negativo en todos sus derechos, como
vivienda, salud y pensiones. La realidad es que estas empresas ni
siquiera dan de alta a sus empleados ante el IMSS, no cotizan para el
Infonavit, sus aguinaldos se ven reducidos y se les dificulta lograr
antigüedad."
Un estudio del grupo parlamentario del PRI —del que Proceso tiene
copia— detalla, con base en estudios de la consultora Ernst & Young,
que en México hay más de 5 mil 300 empresas que ofrecen servicios de
outsourcing, principalmente en áreas de seguridad, limpieza, nóminas,
sistemas computacionales, capacitación, servicios de alimentos y
comedores industriales.
El dato revelador es que "cinco de cada 10 empresas (subcontratistas)
no cumplen con sus obligaciones fiscales, laborales y de seguridad
social".
‘A JUICIO DEL PATRÓN’
Los cambios a la ley incluyen también nuevas formas de contratación:
contrato de capacitación e inicial. El primero puede durar hasta tres
meses; una vez concluido podrá dársele un contrato inicial al
trabajador; sin embargo esto será "a juicio del patrón", es decir que
será el dueño de la empresa quien decida si el candidato es apto o no
para el puesto.
Blanco y Alcalde consideran esto una aberración pues es totalmente
subjetivo y así el patrón puede contratar cuatro distintos trabajadores
en un mes sin pagar prima de antigüedad, vacaciones, aguinaldo,
pensiones. "Se deslinda de todas sus obligaciones y deja sin derechos al
trabajador. Prácticamente se le despide sin ninguna responsabilidad
para el patrón."
Otro de los cambios más dañinos es el pago por hora. La oposición pidió
que se anulara esta figura, pero fue aplastada por los legisladores del
PRI, PAN, PVEM y Panal.
El efecto nocivo, entre otros, dice Alcalde, es que no se respeta el
pago del séptimo día, la prima vacacional y no da estabilidad en el
empleo; mucho menos genera antigüedad.
Según la reforma aprobada el pago por hora que al final del día se
entregue no será menor a un salario mínimo; esto es que sin importar que
se trabajen tres o siete horas el trabajador nunca podrá recibir menos
de 60 pesos al día. Pero eso no excluye que la hora se le pague a 20
pesos, 15 ó 10. El monto del pago lo acuerdan el trabajador y el patrón.
DESPIDOS FÁCILES
Uno de los cambios que generó las más fuertes discusiones en la
Comisión de Trabajo y en el pleno fue que la reforma "retira totalmente
la protección al trabajador en el despido".
Ahora cuando el dueño de la empresa quiera despedir a un empleado lo
podrá hacer mediante aviso certificado o a través de la Junta de
Conciliación y Arbitraje.
Los priístas, sobre todo los cetemistas que votaron a favor de la
reforma, recibieron algo a cambio: que el PAN respalde la eliminación de
la elección de los dirigentes sindicales mediante voto libre y secreto.
Además se eliminó todo el tema de transparencia sindical y rendición de
cuentas que la iniciativa de Calderón sí tenía.
La aprobación en el pleno estuvo precedida de la toma de tribuna, por
lo que desde una de las gradas del salón el presidente de la Mesa
Directiva, el priísta Jesús Murillo Karam siguió sesionando. PRD, PT y
MC no pudieron evitar la aprobación de las nuevas reglas ante la
aplanadora PRI-PAN.
Desde su curul el coordinador del Movimiento Ciudadano, Ricardo Monreal
dijo a priístas y panistas: "Le están partiendo la madre al trabajador y
todavía gritan, tienen el descaro de burlarse de lo que están
haciendo." La respuesta de los diputados que votaron todo para el patrón
fue un solo grito: "¡México!, ¡México!, ¡México!".
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