Al
final del sexenio de Felipe Calderón, el saldo en materia energética es
negativo. Por ejemplo, la corrupción continuó en las dos principales empresas
del Estado, la Comisión Federal de Electricidad y Petróleos Mexicanos (Pemex),
en donde se asignaron contratos mediante el pago de comisiones y se privilegió
a intermediarios sin capacidad para cumplir con las obras y servicios. El
resultado arrojó funcionarios enriquecidos de manera ilícita y empresarios
beneficiados económicamente.
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