Jesús Alberto Cano / Excélsior
Las noticias de la semana pasada son para preocupar a cualquiera,
salvo a los neoliberales que aún esperan que el mercado nos tenga
preparado un milagro para solucionar la intensificación de la crisis que
se avecina en la economía mundial.
Y no es para menos, porque está descendiendo el consumo y hay ajustes
de inversiones en México, ante el temor de una nueva recesión.
Además, diversos conocedores hicieron una serie de declaraciones la
semana pasada que pintan un cuadro negro para el futuro próximo. En el
Foro Economía Verde, Retos y Oportunidades para México, Daniel Servitje,
director general del Grupo Bimbo, una macroempresa mexicana productora
de alimentos básicos en México y en Estados Unidos, anunció que viene
una importante crisis alimentaria, por la escasez de granos básicos en
el mundo y las consecuentes alzas en los precios de los productos de ahí
derivados.
“El tema de la crisis alimentaria acompañará a la humanidad no sólo este año, sino por varias décadas más –consideró Servitje– y representará el mayor reto que enfrenten las economías de todo el mundo.”
Luego detalló que dicho reto implica diseñar políticas públicas para
producir 50% más alimentos que los que se producen actualmente, “pero
con la misma cantidad de tierra y agua, y en los próximos 18 años”.
Luego también la Comisión Económica para América Latina y el Caribe
(CEPAL) anunció que “se enfrían los tres motores del crecimiento
mundial: la zona euro, Estados Unidos y China”.
De ahí que esperan una nueva recesión en Europa y serias
complicaciones en EU, por su obligado ajuste fiscal y el consecuente
recorte de su gasto federal.
Sus efectos de crecimientos negativos del PIB en ese país, de manera
que también se vean afectadas las naciones con las que comercian, como
India, Rusia y Brasil, causando que sus socios comerciales también
transmitan los efectos recesivos en formación.
Por otro lado, la recesión afectará seriamente a los principales
países europeos. Ya ha provocado la quiebra de empresas y bancos,
propiciando manifestaciones en contra de gobiernos que traten de seguir
políticas de austeridad y de reducción de desequilibrios fiscales, por
sus efectos secundarios en el desempleo.
Sin embargo, el Banco Central Europeo (BCE) y el Federal Reserve de
EU (FED), están haciendo cambios para seguir políticas con el programa
QE3 de expansión monetaria, que actúan sobre sus balances al recomprar
bonos propios o de créditos hipotecarios, dejando en su lugar billetes
en circulación, por el valor de la compra. Dicha política de expansión
va en su tercer momento, después de que se inició en el 2009.
Por los anuncios oficiales del BCE y la FED es evidente que sus
medidas ocurrirán en diversos momentos, y se mantendrán con la presión
expansionaria en las economías por el tiempo que consideren necesario.
Evidentemente prevén que ésta recesión durará.
Para México llegó el momento de bajarse de la ortodoxia neoliberal y
aplicar las políticas públicas y medidas que correspondan para inducir
una reactivación de la economía, con tiros de precisión, induciendo
mayor producción de granos en nuestro país, activando a la banca
comercial con bonos que cubran sus riesgos en la materia –porque tiene
recursos crediticios disponibles– y acelerando las acciones de la banca
de desarrollo especializada en el sector agropecuario.
Es urgente, porque los incentivos para el crecimiento ya no vendrán
de nuestro principal socio comercial y nuestras metas sociales de
empleo, ingresos y lucha contra la pobreza así lo exigen.
Será el momento para que influyan las nuevas caras que tomarán el manejo de la economía.
*Presidente electo del Colegio Nacional de Economistas, Federación de Colegios de Economistas, A.C.
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