Serpientes y Escaleras
Salvador García Soto - Expreso
Tras la noticia internacional y viral en redes sociales que se volvió la represión de los granaderos capitalinos contra manifestantes pacíficos en el Zócalo de la Ciudad de México, que extrañamente tuvo más difusión en medios internacionales que en muchos medios mexicanos que minimizaron o de plano ignoraron la información en sus portadas principales -como déjá vú del pasado represor del viejo PRI- la reacción más fuerte y contundente a lo sucedido en México llegó desde Washington en una frase tan contundente como amenazante del presidente Donal Trump:
"¿Lanzaría ataques en México para detener al narcotráfico? No tengo problema con eso, haría lo que sea necesario para detenerlo. México es… mira, estuve viendo lo que pasó en CDMX el fin de semana, hay grandes problemas allá", declaró ayer el Presidente estadounidense, aludiendo a las manifestaciones ciudadanas que terminaron con una respuesta represiva y violenta de las autoridades políticas y policiacas de la capital del país.
El mensaje de Trump contrasta totalmente con la respuesta soberbia y autoritaria que ayer dieron las autoridades mexicanas, desde la presidenta Sheinbaum que justificó muy temprano en su mañanera la represión de los granaderos -esos que ella decía haber desaparecido hace siete años- bajo el argumento de que los encapuchados violentos agredieran a los policías, tras derribar una buena parte de las vallas que blindaron al Palacio Nacional, hasta la Jefa de Gobierno, Clara Brugada que de plano salió a culpar al empresario Ricardo Salinas Pliego, al que no se atrevió a mencionar por su nombre, de ser el causante de la violencia de los manifestantes ciudadanos.
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