León Bendesky - Periódico La Jornada
Un aspecto notable del desenvolvimiento de la industria de la inteligencia artificial (IA), que está en pleno curso, es el entorno económico y financiero en que se desarrolla.
La posibilidad de un efecto adverso, en la forma de una crisis del mercado de valores, se discute de modo constante en la prensa y entre los especialistas. La revista The Economist lo ha planteado así: “Si el mercado accionario colapsa, será una de las implosiones financieras más predichas de la historia”.
La cuestión se centra en las desmesuradas valuaciones a las que han llegado las acciones de las empresas tecnológicas en Estados Unidos. Esto remite a las pautas de la gran actividad especulativa que definió la crisis financiera de 2007- 2008. El procedimiento consistió en la apuesta a que los precios de los títulos de la deuda hipotecaria bajarían, y con esto se obtendría una fuerte ganancia, tal y como realmente ocurrió. Se trata de una transacción financiera denominada “corto”, que consiste en vender títulos en el mercado con la expectativa de recomprarlos después a un precio más bajo; la diferencia es la ganancia.

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