- Latinoamérica empieza a destacar como un posible destino estratégico
- Es una forma de diversificar y de anticiparse a los próximos ciclos de crecimiento
- Eso sí, no es una región homogénea ni de una apuesta simple
Álvaro Lleras Montoya - el Economista.es
Durante años, invertir en bolsas de mercados emergentes ha sido una historia de potencial prometedor y resultados desiguales. Sin embargo, 2025 ha traído un contexto en el que los inversores comienzan a mirar de nuevo hacia el sur con una renovada mezcla de escepticismo y curiosidad. Y en esa narrativa, Latinoamérica empieza a destacar como un posible destino estratégico para diversificar carteras en un momento de transición macroeconómica global.
En lo que va de año y hasta cierre de julio, los principales índices bursátiles de países como Brasil, México, Colombia y Chile han registrado un desempeño positivo en euros, con avances que sorprenden en medio de un entorno todavía incierto de políticas arancelarias y un dólar débil. El índice MSCI Emerging Markets Latin America acumula una rentabilidad del 6,32%, mientras que las referencias locales muestran cifras aún más llamativas: Bovespa brasileño 11,3%, COLCAP colombiano 22,9%, IPSA chileno 13,5% y S&P/IPC mexicano 17,1%. Este resurgir ha coincidido con una mayor estabilidad cambiaria, ciclos monetarios más adelantados que en economías desarrolladas y un contexto externo que ofrece algunos vientos a favor.

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