- Fernández Noroña abandona la Mesa Directiva del Senado acosado por escándalos. La compra de una propiedad de lujo en Tepoztlán contradice su discurso de austeridad. Además, su estilo confrontativo culmina con un pleito que simboliza su turbulento paso por la presidencia de la Cámara Alta.
Por Juan Carlos Cortés
CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).– Gerardo Fernández Noroña fue taxista, librero y sociólogo antes de incursionar en la política, donde forjó una carrera en partidos de izquierda. Este hombre de 65 años deja este fin de semana la Presidencia de la Mesa Directiva del Senado.
Su salida no es un epílogo silencioso, sino un capítulo cargado de ecos: además de las presiones internas en Morena, críticas por sus viajes al extranjero y un legado de reformas aprobadas en medio de tormentas parlamentarias, están los recientes escándalos, primero, por la compra de un inmueble en Tepoztlán, Morelos, por al menos 12 millones de pesos, adquisición que choca de frente con el discurso de la austeridad republicana que enarboló el entonces presidente Andrés Manuel López Obrador y con los llamados que la presidenta Claudia Sheinbaum ha hecho para que funcionarios públicos y militantes de Morena se conduzcan bajo los principios de humildad y austeridad.

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