- En un mundo cambiante y lleno de desafíos geopolíticos, Europa debe aprender a innovar con confianza
Ikhlaq Sidhu - El País
La inteligencia artificial (IA) ya está aquí, no como una posibilidad futura, sino como una fuerza económica del presente. Pero no todos se benefician por igual. Aunque su potencial a largo plazo para el crecimiento y la productividad es ampliamente reconocido, el camino hacia adelante probablemente será desigual, marcado por disrupciones a corto plazo, una creciente brecha digital y una marcada divergencia en los resultados entre quienes se adaptan y quienes se quedan atrás.
Así como los trabajadores cualificados aprovechan la ola de la IA para aumentar su productividad e ingresos, los trabajadores con menos habilidades corren un riesgo real de quedarse rezagados. Esto también es una realidad para muchos jóvenes con habilidades generales que recién comienzan sus carreras. Eso significa que la escalera hacia el mercado laboral se está desmantelando justo cuando llega una nueva generación. Comencemos a nivel individual. Los beneficios de la IA no se distribuirán de manera equitativa. Al igual que en revoluciones tecnológicas anteriores, aquellos con las habilidades adecuadas serán los que más se beneficien.

No hay comentarios:
Publicar un comentario