Por: Luis Miguel González - El Economista
¿Cómo es posible romper el récord de la Inversión Extranjera Directa en un año tan complicado? Esa es la cuestión. Por lo pronto, tenemos un dato que nos obliga a frotarnos los ojos: la inversión alcanza un máximo de 34,265 millones de dólares en el primer semestre. Esto a pesar de Donald Trump, de los pronósticos pesimistas sobre la economía global y el PIB mexicano y de la incertidumbre por algunos factores internos, entre los que destaca la reforma del poder judicial y la inseguridad.
Se alcanza el récord de Inversión Extranjera Directa en un semestre en el que hay una caída en la inversión total, pública y privada. Esta se mide, en el INEGI, con el indicador de Formación Bruta de Capital Fijo. Entre enero y mayo de 2025, hay una caída de 6.7% respecto al mismo periodo del 2024.
¿Cómo puede ocurrir esto? La Inversión Extranjera Directa crece 10.2% mientras caen la inversión privada nacional y la inversión pública. El crecimiento de la IED no alcanza a compensar la caída de 29% de la inversión pública y alrededor de 5% de la privada. Podemos especular que hay una visión más optimista de los inversionistas extranjeros sobre la situación de México y sus atractivos, pero la cosa es compleja, depende de los sectores y tipos de actividad.
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