El CJNG, Grupo Sombra y Gente Nueva libran una guerra sin tregua. Extorsión, robos y reclutamientos convierten a la Huasteca y el Totonacapan en un infierno criminal.
Noé Zavaleta - Milenio
Poza Rica, Veracruz
DOMINGA.– Aquí el diablo anda suelto pero tiene rato. En el norte de Veracruz se pelea por mucho y se mata por menos. Totonacapan y la Huasteca se han vuelto un triángulo de las bermudas con vista al Golfo de México. Acá no desaparecen barcos pero sí personas. Cientos de ellos terminan después en la plancha del forense
Desde aquí pobladores han denunciado dos grandes fosas clandestinas: “La Gallera” y “Totolapa”, en el municipio de Tihuatlán. Un basurero criminal en la Huasteca, donde apenas cuatro kilómetros separan uno de otro. Del primero se extrajeron miles de fragmentos óseos; y del segundo, según reportes de colectivos de familias buscadoras, más de 40 cuerpos, en abril de 2023.
Aquí, en el norte jarocho, se pelea por mucho. Cobro de piso a los giros negros; extorsión y cuota a restaurantes y comercios; trata de personas, robo de gas y huachicol; tráfico de estupefacientes, secuestro de políticos y empresarios; extorsión a pequeños comerciantes –polleros, verduleros, peluqueros–; reclutamiento forzado a taxistas, quienes pagan cuota para poder trabajar, pero que también son halcones sin proponérselo; robo de ganado y control absoluto de la llamada mercancía pirata.

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