Serpientes y Escaleras
Salvador García Soto - Expreso
El nombramiento del nuevo titular de la UIF tiene una doble e interesante lectura: por un lado, con la salida de Pablo Gómez y la llegada de Omar Reyes Colmenares, la presidenta Claudia Sheinbaum hace uno de sus primeros nombramientos enteramente decidido por ella, en un área estratégica que ocupaba un recomendado de su antecesor, lo que significa que la doctora ya empezó a sacudirse las herencias e imposiciones de López Obrador y a elegir a sus propios colaboradores; y por el otro lado, la fuerza de Omar García Harfuch crece cada vez más en el gabinete y el llamado "supersecretario" consolida su equipo y también su control de la seguridad.
No es algo menor que Sheinbaum haya decidido remover a un dinosaurio de los duros de Morena, ni tampoco puede ignorarse que la decisión la toma en el marco del "Acuerdo de Seguridad" que recientemente ella anunció con el gobierno de Donald Trump, que estaría próximo a firmarse entre los dos países y cuyo contenido aún no se conoce. Y en esa coyuntura, de presiones desde Washington y cesiones desde México, es muy probable que el relevo haya sido sugerido dentro de dicho acuerdo y que el nombre de Omar Reyes también haya sido avalado por la Casa Blanca, que hoy ha convertido a García Harfuch en uno de sus interlocutores más directos y confiables para los temas de la seguridad binacional y el combate que viene a los cárteles terroristas mexicanos.
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