- Pequeños ganaderos enfrentan solos la plaga del gusano barrenador, que devora a sus animales. Esperan con ansias el baño sanitario que prometen las autoridades locales.
Noé Zavaleta - Milenio
DOMINGA.– Nazario Moreno no lo podía creer. Es un pequeño productor con apenas diez vacas y un par de becerros, en una parcela en lo alto del monte. Llegar requiere hacerlo a pie y con esfuerzo. Su ranchería está en una zona ganadera del municipio de Playa Vicente, Veracruz. Dice que, en apenas diez días, La Blanca ha logrado cauterizar sus heridas venciendo al gusano barrenador.
Es un domingo de julio. Todo el mundo está de fiesta. Hay una cabalgata para celebrar los 15 años de la hija del cacique pudiente del pueblo Arroyo Dehesa. Pero para Nazario la celebración es distinta. Acaba de bajar de su parcela, viene en huaraches y con la camisa rota, se limpia con un pañuelo el sudor. Fue a hacerle la curación a su vaca víctima de la plaga.

No hay comentarios:
Publicar un comentario