Entre la presión de Washington y la dependencia de las importaciones chinas, México enfrenta una disyuntiva que podría definir su modelo económico en un nuevo orden geopolítico global
Por Enrique Quintana - El Financiero
El conflicto comercial y geopolítico entre Estados Unidos y China, más allá de los acuerdos temporales, ha dejado de ser un asunto bilateral para convertirse en un reordenamiento global con consecuencias directas para economías como la mexicana.
En este nuevo tablero, México está siendo empujado a elegir entre preservar su creciente comercio con China, particularmente importaciones, o complacer a su vecino del norte, que exige una política de contención frente al aluvión de estos productos.
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