Antonio Caño Washington / EL País
En el
decisivo Estado de Florida, Barack Obama y Mitt Romney han librado en las
últimas horas uno de los más esperados duelos de esta campaña por el voto hispano, del que dependen las opciones de ambos de obtener
la victoria en noviembre. Los dos prometieron poner orden de una vez en el
caótico capítulo de la inmigración, aunque el candidato republicano no ofreció
soluciones concretas, mientras que el presidente aseguró que mantiene para un
segundo mandato su compromiso de una nueva ley migratoria, que incluiría una
vía para la legalización de más de 12 millones de inmigrantes indocumentados.
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