Israel Rodríguez / Periódico La Jornada
Durante la gestión del presidente Felipe Calderón
no mejoraron las condiciones de vida de la población, menos aún entre
los sectores más desfavorecidos, pese a la importante cantidad de
recursos que se destinaron para el desarrollo social, concluye un
análisis del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas (CEFP).
Con base en cifras oficiales se confirmó, por ejemplo, que el ingreso
de los hogares cayó 14 por ciento real; la población pobre aumentó 30
por ciento; la esperanza de vida, que se pretendía ver incrementada,
permaneció en los mismos niveles; la escolaridad de la población se
mantuvo dentro de los límites de la educación básica, incluso debajo de
la modesta meta que se había planteado en el programa de educación,
mientras la afiliación universal a los servicios de salud no implicó una
efectiva mayor atención en este aspecto.Aunque el sexto Informe de gobierno solamente hace un recuento de acciones y gastos, sin entrar al detalle del resultado de las acciones ni del ejercicio de recursos asociados, en términos de bienestar y del impacto efectivo sobre el desarrollo social de la población, el análisis pormenorizado que realizó el CEFP revela cómo los niveles de la población empeoraron durante la actual gestión gubernamrental que está por concluir.
Por ejemplo, en educación se planteó la meta de alcanzar un porcentaje de 86.7 por ciento de alumnos que concluyeran su secundaria, pero la realidad es que este año se llegó a 84.6 por ciento. Con relación a la meta de alumnos que terminaran su educación media superior se fijó en 65.7 por ciento; sin embargo, se alcanzó apenas 60 por ciento.
En los principales indicadores de salud e infraestructura
sanitaria las cifras muestran que permanecieron contantes y que la
calidad del servicio tendió a deteriorarse. La cobertura de vacunación
con esquema completo en menores de un año disminuyó de 98 a 95 por
ciento entre 2007 y 2012.
El gasto público ejercido per cápita en salud aumentó de 3 mil 300 pesos reales a 3 mil 400, por lo que prácticamente se mantuvo constante, pese al aumento de recursos. El número de consultorios se mantuvo en 0.7 por cada mil habitantes entre 2007 y 2011, pese al aumento en la infraestructura sanitaria citada en el sexto Informe. Las camas disponibles fueron de 0.8 por cada mil habitantes, cifra inferior a la recomendada por la Organización Mundial de la Salud de una cama por cada mil habitantes. El número de médicos pasó de 1.4 a 1.7 por cada mil habitantes, cifra inferior al promedio de los países de la OCDE, que es de 2.9. El tiempo de espera promedio para recibir consulta en el primer nivel de atención aumentó de 21.5 minutos en 2007 a 30.9 minutos en 2012.
El gasto público ejercido per cápita en salud aumentó de 3 mil 300 pesos reales a 3 mil 400, por lo que prácticamente se mantuvo constante, pese al aumento de recursos. El número de consultorios se mantuvo en 0.7 por cada mil habitantes entre 2007 y 2011, pese al aumento en la infraestructura sanitaria citada en el sexto Informe. Las camas disponibles fueron de 0.8 por cada mil habitantes, cifra inferior a la recomendada por la Organización Mundial de la Salud de una cama por cada mil habitantes. El número de médicos pasó de 1.4 a 1.7 por cada mil habitantes, cifra inferior al promedio de los países de la OCDE, que es de 2.9. El tiempo de espera promedio para recibir consulta en el primer nivel de atención aumentó de 21.5 minutos en 2007 a 30.9 minutos en 2012.
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