Los
primeros ocho meses de Mariano Rajoy como presidente del Gobierno han sido
complicados desde el principio, pero septiembre y octubre pueden ser incluso
más duros. Jörg Asmussen (BCE): "Los mercados descuentan
una ruptura de la Eurozona; es inaceptable".
En el
plano internacional, se encuentra en medio de las presiones divergentes de
Alemania y Francia, y en casa se enfrenta a protestas por los recortes del
gasto público que demanda la zona euro.
"Todo
el mundo ve el rescate como inevitable. Eso es bueno para el Gobierno, lo han repartido en fases de
modo que parece un paso lógico", explica José Ignacio Torreblanca, del
Consejo Europeo de Relaciones Exteriores.
Francia
quiere que pida un rescate internacional para apuntalar las finanzas y frenar
la extensión de la crisis de deuda. Pero Rajoy es reacio a pedir ayuda hasta
asegurarse que cuenta con el apoyo de Alemania, que buscará el jueves en una
reunión con la canciller alemana, Angela Merkel. "Lo peor que puede
pasar es que España pida ayuda y que Alemania la bloquee", señala un
diplomático europeo.
Rajoy se
reunió la semana pasada con el presidente francés, François Hollande, quien
animó al jefe del gobierno español a solicitar ayuda antes de octubre para dar
tiempo a que los líderes europeos lo estudien antes de la cumbre del 18 y 19 de
octubre. Pero Rajoy le dijo que estaba recibiendo mensajes dispares desde
Alemania, según una fuente con conocimiento del encuentro.
Antes de
dar su apoyo a un rescate, Berlín quiere más detalles sobre la situación de
la banca española, como los resultados de una auditoría que se esperan para
este mismo mes, y las comunidades autónomas.
¿Un rescate completo?
España ya
ha acordado con sus socios europeos una ayuda de hasta 100.000 millones de
euros para rescatar a sus bancos. En caso de que solicitara un rescate en toda
regla, esto podría llevar al agotamiento de mecanismos de ayuda tales como los
fondos europeos FEEF (Fondo Europeo de Estabilidad Financiera) y MEDE
(Mecanismo Europeo de Estabilidad).
El equipo
de Rajoy siente que Merkel también está preocupada por las posibles noticias
que pudieran poner en peligro el dictamen del Tribunal Constitucional alemán el
12 de septiembre sobre el MEDE mientras la canciller se enfrenta en su país a
la resistencia a dar dinero para apuntalar países en apuros.
"Alemania
no quiere ahora ningún mensaje que pueda contaminar la decisión del Tribunal
Constitucional. No podemos precipitar las cosas", señala una fuente del Gobierno
español.
El
Tribunal Constitucional alemán tiene el destino del euro en sus manos cuando la
próxima semana se pronuncie sobre si el MEDE puede seguir adelante.
Mientras
Merkel y Rajoy celebran su encuentro, se espera que el presidente del Banco
Central Europeo (BCE), Mario Draghi, ofrezca este jueves día 6 los detalles de
sus planes para relajar los rendimientos de la deuda española e italiana con un
nuevo programa de compra de deuda en los mercados secundarios. Sin embargo,
Draghi ya ha dicho que esto no ocurrirá hasta que España no acepte las
condiciones a cambio de ayuda del FEEF.
Rating bajo vigilancia
La
presión sobre Rajoy es igual de intransigente en casa, donde se enfrenta a un
creciente malestar social por subidas de impuestos y recortes en la Educación y
la Sanidad públicas.
El
Gobierno debe presentar el presupuesto para 2013 antes de finales de mes y es
probable que éste revele una sombría perspectiva económica, así como más recorte de gastos.
La
agencia de calificación crediticia Moody's finalizará la revisión de su rating
para España a finales de mes y podría rebajar su calificación de la deuda de la
duodécima mayor economía mundial al estatus de bono basura.
La tasa
de aprobación de Rajoy se ha desmoronado en sus primeros seis meses en el
cargo, con un 56% de los españoles que tiene una mala o muy mala opinión, según
un sondeo elaborado por Sigma Dos en julio.
En cada
discurso, Rajoy dice: "No se puede gastar lo que no se tiene", para
explicar por qué España está sufriendo por haber gastado el dinero prestado
durante un boom inmobiliario que acabó en 2007. Pero carece de la
inspiración para mantener al público de su lado.
Mientras,
los analistas dicen que el enfoque de Rajoy de retrasar decisiones difíciles y
su capacidad de aguantar las turbulencias pueden salvarle del destino de los
líderes de Irlanda, Grecia y Portugal, cuyas carreras políticas terminaron con
los respectivos rescates de sus países.
Sin excepciones
España y
la UE ya están negociando los términos de una ayuda soberana, según dijeron a Reuters
fuentes de la Eurozona. Sin embargo, Rajoy declaró esta semana a varios
periódicos europeos que España está haciendo ya tantas reformas que no debería
hacer ninguna más a cambio de nuevos fondos.
Rajoy
quiere que cualquier nueva condición se añada al actual acuerdo entre España y
la UE para el rescate bancario, pero no quiere un nuevo Memorando de
Entendimiento, dijo la fuente con conocimiento de la reunión de la semana
pasada con Hollande.
Pero sus
socios europeos están adoptando una línea dura. "No se harán excepciones
para España",
señaló a la agencia de noticias Michael Meister, vicepresidente de los
conservadores alemanes en el Bundestag. "Si se hace esa petición... será
necesario que haya un acuerdo sobre la condicionalidad de la asistencia, como
en todos los casos anteriores".
Con la
oposición del presidente del banco central de Alemania, Jens Weidmann, al plan
de Draghi para comprar bonos españoles e italianos, el jefe del BCE se
encuentra bajo presión para añadir duras condiciones a España.
En este
contexto, el primer ministro de Finlandia, Jyrki Katainen, una de las voces más
exigentes en la Eurozona respecto a las condiciones de los rescates, será el
próximo líder que visite a Rajoy, el 11 de septiembre.
Fuente: elEconomista.es
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