- La presidenta Claudia Sheinbaum ha sido enfática en saber quiénes están detrás de la marcha, porque en efecto, certeza de que haya un liderazgo específico y una conducción estratégica de alguien en particular, no tiene.
Estrictamente Personal
Raymundo Riva Palacio - El Financiero
Siguiendo la estrategia de su mentor Andrés Manuel López Obrador, la presidenta Claudia Sheinbaum dedicó ayer insultos, desprecio y ataques a quienes piensan participar en la manifestación convocada a nombre de la Generación Z el próximo sábado. Afuera del Salón de la Tesorería, donde dirigió sus epítetos a quienes llamaron a la protesta en contra de sus políticas, Palacio Nacional, sede del gobierno y su residencia, amaneció abrazado por vallas metálicas de tres metros, un laberinto que cubrió la Catedral Metropolitana y el Palacio del Ayuntamiento, cabecera del gobierno capitalino.
Varias cuadras más fueron resguardadas con tal premura que decenas de automóviles estacionados dentro de Palacio Nacional quedaron atrapados varias horas. Fue como el Muro de Berlín que el ejército ruso levantó una alambrada provisional en una noche para dividir la capital alemana. No durará ese sitio de la Presidencia los 28 años de aquel en Alemania, para consolidar su territorio una de las potencias ganadoras de la Segunda Guerra Mundial. En este caso, Sheinbaum actuó por miedo, aunque sus arranques retóricos destilen desdén.
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