Rene Orellana Halkyer* - La Jornada Veracruz
El cambio climático ya no es una amenaza futura: es una realidad que está reconfigurando los sistemas agroalimentarios y compromete la seguridad alimentaria mundial. Sus impactos se reflejan en la cantidad y la calidad de los alimentos, afectando los rendimientos agrícolas, la disponibilidad de agua, la aparición de plagas, la propagación de enfermedades y procesos fundamentales como la polinización. Incluso la modificación del CO₂ atmosférico está alterando la biomasa y el valor nutricional de los cultivos.
En 2024, los choques climáticos fueron el principal factor de crisis alimentarias en 18 países, afectando a 72 millones de personas con altos niveles de inseguridad alimentaria. El huracán Melissa, que golpeó Jamaica, Haití y Cuba, es un ejemplo reciente de los efectos severos que estos eventos tienen sobre los sistemas agroalimentarios.

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