Sepientes y Escaleras
Salvador García Soto - Expreso
Ningún presidente en la historia de México podría decir que su primer año fue fácil. Cada arranque de sexenio en este país ha estado siempre marcado por la incertidumbre por el comienzo de un nuevo gobierno, las crisis presupuestales y económicas y también por las herencias, sobre todo las negativas que el nuevo gobernante recibe de quien le antecedió en la silla presidencial. Y en el caso de la presidenta Claudia Sheinbaum que hoy cumple su primer aniversario en el poder, se repite esa constante: un año complicado y difícil del que, a juzgar por sus niveles de aprobación en las encuestas, pero también por el crecimiento de su imagen, la doctora lo libró no sin apuros y complicaciones.
Porque al final, en un año en el que le dejaron un presupuesto fuertemente comprometido, un endeudamiento histórico y fuertes crisis en materia de seguridad y violencia del narcotráfico y en el sistema público de salud, la mandataria ha tenido que enfrentar también una coyuntura particular por el arranque del segundo mandato del presidente estadounidense, Donald Trump, que se convirtió en una fuente de presiones, amenazas arancelarias y exigencias políticas en materia de seguridad, narcotráfico y combate a la corrupción. Incluso en eso, si bien se ha visto en ocasiones en aprietos e incluso contra la pared con algunas peticiones políticas de Washington, sobre todo las que tienen que ver con temas de corrupción en el sexenio pasado, la Presidenta ha sabido maniobrar y negociar con la administración trumpista.
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