Por: Enrique Campos Suárez - El Economista
México no se puede comparar con Venezuela a pesar de que sí puede haber similitudes en sus liderazgos carismáticos y populistas. Las instituciones mexicanas son vulnerables, pero hasta ahora resistentes para no caer en una crisis como la de aquel país sudamericano.
La comparación que hoy es más viable de hacer es con Argentina, una nación que conoció el desarrollo económico y que ha caído ante los bandazos de su clase política.
La democracia ha llevado a los argentinos a rebotar por todo el espectro político, lo cual sería tolerable si no llegara cada régimen a querer reinventarlo todo.
Un país maduro debería tener sentadas sus bases de desarrollo y abrir los espacios para la interpretación política sin violar esos márgenes.
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