Ana Lilia Moreno - Coordinadora del Programa de Regulación y Competencia de México Evalúa - El Sol de México
En estos días, una pregunta que escucho con frecuencia es: ¿Para qué queremos la CURP Biométrica? Y es una pregunta legítima. La digitalización en México avanza hacia una nueva forma de interacción entre ciudadanos, empresas y gobierno, pero todavía no entendemos del todo sus implicaciones. Cuando se trata de entregar datos biométricos —huellas, iris, firma electrónica— surgen temores comprensibles: ¿Para qué los quieren? ¿Quién los resguarda? ¿Qué pasa si los roban? Y el miedo crece cuando pensamos en nuestros hijos.
La Clave Única de Registro Poblacional (CURP) con su complemento biométrico será, según la recientemente reformada Ley General de Población, la identidad única de cada persona en las bases de datos públicas y privadas, vinculada a una amplia gama de servicios. Plantea como objetivo simplificar trámites, reducir burocracia y prevenir suplantaciones. Esto —explica el Gobierno federal— permitiría integrar expedientes educativos, de salud, bancarios o judiciales, y facilitar el acceso a programas sociales. En teoría, podría eliminar la necesidad de presentar documentos físicos como actas de nacimiento o credenciales para votar.
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