Viri Ríos - Milenio
México y Estados Unidos han firmado un acuerdo para supuestamente frenar el tráfico de armas que llegan desde la frontera norte a todo nuestro país.
El acuerdo se ha vendido a la opinión pública como una gran victoria para el gobierno de México, un “hecho histórico” que, según dicen, se hizo posible gracias a las reuniones de Marco Rubio, secretario de Estado de Donald Trump, con el equipo negociador mexicano.
En la realidad, el acuerdo al que Trump llegó con México es bastante superfluo.
Estados Unidos se ha comprometido a mejorar la vigilancia e inspección de la frontera mediante el uso de un sistema de rastreo, y a intercambiar información con las 32 entidades federativas sobre balística. Es decir, Trump solo se ha comprometido a lo que ya deseaba: vigilar la frontera y obtener información privilegiada en materia de seguridad.
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