Carlos Ramírez - El Independiente
El gobierno mexicano había centrado su estrategia de negociación de seguridad con la Casa Blanca en el tema del huachicol con decomisos espectaculares de toneladas de gasolina robada, aunque sin ningún pez gordo gubernamental. Trump dijo que no estaba mal, pero utilizó el castigo de 30% de aranceles a cambio de cárteles y narcopolíticos.
Los aranceles comenzarán a operar el primero de agosto, dentro de tres semanas. Y México parece haber pasado a una estrategia de emergencia: mantener el tema de seguridad y narcotráfico como exclusivamente mexicano y en función de los intereses nacionales de México y aguantar el arancel general que podría ser menor al oficial.
Sin embargo, las decisiones y declaraciones oficiales de EU el pasado fin de semana fueron apenas –si se permite la palabra– una probadita de lo que pudiera venir. El documento oficial de acuerdo de Ovidio Guzmán López, arrestado cuando encabezaba el área de fentanilo del Cártel de Sinaloa, con las autoridades estadounidenses a cambio de salvar a decenas de familiares tiene indicios de que las policías americanas en materia de seguridad y narcotráfico lograron nombres, algunas evidencias y sobre todo información sobre cómo fue que el Cártel de Sinaloa fundado por el Chapo Guzmán, dirigido después por sus hijos y finalmente bajo el padrinazgo de Ismael el mayo Zambada pudo convertirse en el grupo delictivo que mayor fentanilo contrabandeó a Estados Unidos.

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