Carlos Ramírez - El Independiente
EFE/Andre Coelho
Los coqueteos de México con el Grupo BRICS nada aportan a la economía mexicana ni al comercio de esas naciones. Y en lo geopolítico, tampoco sirven para que México adquiera una nueva capacidad de negociación con EU. Al final, sólo podrán ser utilizados para provocar a Washington a cambio de nada.
Los 125 puntos de la Declaración de Río de Janeiro del 6 del Grupo de los BRICS han querido rescatar el viejo modelo que México ya exploró con López Portillo del Sur planetario subdesarrollado y la búsqueda de modelos de producción y comercialización con el Norte que quisieran estimular la el crecimiento económico y sobre todo las plantas productivas nacionales de países subdesarrollados, en vías de desarrollo o desarrollo dependiente de la economía y la tecnología industrial de Estados Unidos.
El modelo de países Norte-Sur fue atropellado a finales de 1989 por el Consenso de Washington que globalizó la economía y aún ahora, con gobiernos nacionalistas que pugnan por redinamizar el Sur geopolítico, las naciones siguen dependiendo del eje productor, comercializador y de consumo de Estados Unidos.

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